El sol de la mañana iluminaba la pista de despegue cuando abordamos nuestro vuelo de Easyjet en el aeropuerto de París Orly aquel 18 de mayo de 2024. Con la emoción burbujeando en nuestro interior, nos preparamos para despegar hacia la Ciudad Eterna: Roma.
El viaje: De París a Roma #
El despegue fue puntual a las 12:35h. A medida que ascendíamos, la expansión urbana de París se fue difuminando bajo nosotros, dando paso a los campos verdes de la campiña francesa. Durante las siguientes dos horas, sobrevolamos los Alpes, sus picos nevados asomándose entre las nubes como islas en un mar de algodón.
A las 14:30h, el piloto anunció nuestro descenso hacia el aeropuerto de Roma-Fiumicino. La emoción crecía en nuestro interior mientras la bulliciosa capital italiana se desplegaba bajo nosotros, con el Tíber serpenteando como una cinta dorada bajo el sol de la tarde.
Roma: Una ciudad de capas históricas #
Del aeropuerto a nuestro alojamiento: Un viaje por la periferia romana #
Nada más poner un pie en suelo romano, nos dirigimos a la estación de tren del aeropuerto. Optamos por alojarnos en las afueras de la ciudad, una decisión que resultaría ser tan económica como estratégica. Nuestro destino: el Nuova Fiera B&B, situado en Via Lorenzo Allievi, 15, en la zona de Ponte Galeria.
El trayecto en tren fue una introducción interesante a la complejidad de Roma. A medida que nos alejábamos del moderno aeropuerto, el paisaje iba cambiando. La arquitectura contemporánea del aeropuerto dio paso a zonas más industriales y luego a áreas más rurales. Era fascinante ver cómo la ciudad se iba transformando en cuestión de minutos.
Ponte Galeria: Nuestro hogar temporal en la periferia romana #
Llegamos a la estación de Ponte Galeria, muy cerca de nuestro alojamiento. Esta zona, situada a unos 15 kilómetros al suroeste del centro de Roma, es un área principalmente residencial e industrial. A pesar de su carácter periférico, Ponte Galeria tiene su propio encanto.
El barrio, con sus edificios de apartamentos de mediana altura y sus pequeños negocios locales, nos dio una visión de la vida cotidiana romana lejos del bullicio turístico del centro. Las calles tranquilas y los pequeños parques nos ofrecieron un oasis de calma después del ajetreo del viaje.
Nuova Fiera B&B: Nuestro hogar lejos de casa #
Llegamos a nuestro B&B con la tarde ya avanzada. Aunque estaba más cerca del aeropuerto que del centro histórico, descubrimos rápidamente las ventajas de nuestra elección:
- El precio del alojamiento era considerablemente más bajo que en el centro.
- Los restaurantes de la zona ofrecían platos deliciosos a precios locales, lejos de las trampas para turistas.
- El transporte al centro de Roma era rápido y conveniente, utilizando la misma línea de tren que conecta con el aeropuerto.
Después de dejar nuestro equipaje y refrescarnos un poco, salimos en busca de un supermercado cercano. Queríamos aprovisionarnos para los próximos días, una estrategia que nos permitiría ahorrar en desayunos y picnics improvisados. Una vez de vuelta en el apartamento, guardamos nuestras provisiones y, sin perder tiempo, nos preparamos para nuestra primera incursión en el corazón de Roma.
La primera tarde en Roma: Un paseo por la historia #
Pirámide de Cayo Cestio: Un toque de Egipto en Roma #
Nuestra primera parada fue la sorprendente Pirámide de Cayo Cestio. Este monumento funerario, construido entre el 18 y el 12 a.C., se alza como un testimonio de la fascinación romana por la cultura egipcia.
Con sus 36,4 metros de altura, la pirámide se impone en el paisaje urbano, creando un contraste fascinante con los edificios circundantes. Sus caras de mármol blanco, aunque erosionadas por el tiempo, aún conservan su majestuosidad. Nos detuvimos un momento para apreciar este capricho arquitectónico de un pretor romano, imaginando cómo debió haber impresionado a los antiguos romanos.
Porta San Paolo: Guardiana de la historia #
Justo al lado de la pirámide, nos encontramos con la Porta San Paolo, una de las puertas mejor conservadas de las Murallas Aurelianas. Construida en el siglo III d.C., esta puerta era parte del sistema defensivo de la antigua Roma.
Fotografiar sus arcos fue como dar un paso atrás en el tiempo. Casi podíamos escuchar el eco de las sandalias de los legionarios romanos y el traqueteo de los carros de comerciantes entrando y saliendo de la ciudad. Hoy en día, la puerta alberga un pequeño museo que, aunque no tuvimos tiempo de visitar, prometimos explorar en nuestra próxima visita.
Basílica de Santa Sabina: Una joya inaccesible en la colina del Aventino #
Subiendo por la colina del Aventino, llegamos a la Basílica de Santa Sabina, una de las iglesias más antiguas y mejor conservadas de Roma. Fundada en el siglo V, esta basílica promete ser un oasis de paz en medio del bullicio de la ciudad. Sin embargo, nuestra visita coincidió con el horario de cierre, y nos encontramos con las puertas cerradas.
A pesar de no poder entrar, la majestuosidad exterior de la basílica nos dejó impresionados. Su fachada austera, típica de las primeras iglesias cristianas, contrastaba con la ornamentación elaborada de muchas otras iglesias romanas que habíamos visto en fotos. Nos detuvimos un momento para admirar la entrada porticada y el sencillo rosetón que adorna la parte superior de la fachada.
A pesar de que no pudimos ver el famoso interior con sus columnas de mármol y las antiguas puertas de madera del siglo V, el solo hecho de estar frente a un edificio con tanta historia nos llenó de asombro. Imaginamos cómo sería el interior, con su nave espaciosa y sus intrincados mosaicos, prometiendo volver en otra ocasión para explorar sus tesoros escondidos.
La tranquilidad del área alrededor de la basílica nos ofreció un momento de pausa en nuestro ajetreado itinerario. Desde la explanada frente a la iglesia, pudimos disfrutar de vistas parciales de la ciudad, un anticipo de lo que nos esperaba en nuestro próximo destino.
Giardino degli Aranci: Un atardecer de ensueño #
Nuestra siguiente parada fue el Giardino degli Aranci, o Jardín de los Naranjos. Llegamos justo a tiempo para presenciar uno de los atardeceres más espectaculares que jamás habíamos visto.
Este jardín público, situado en lo alto de la colina del Aventino, ofrece una vista panorámica de Roma que quita el aliento. A medida que el sol descendía, la Ciudad Eterna se iba tiñendo de tonos dorados y rosados. La cúpula de San Pedro dominaba el horizonte, mientras que el resto de la ciudad se extendía ante nosotros como un mar de tejas rojas y cúpulas antiguas.
El aroma de los naranjos en flor llenaba el aire, mezclándose con el murmullo de las conversaciones de las parejas y familias que, como nosotros, habían venido a disfrutar de este espectáculo natural. Nos sentamos en un banco, compartiendo una botella de agua y algunos snacks que habíamos comprado antes, sintiendo que habíamos descubierto uno de los secretos mejor guardados de Roma.
Circo Máximo: Ecos de gloria pasada #
Nuestra última parada de la noche fue el Circo Máximo. Aunque ya era de noche cuando llegamos y no se apreciaba mucho, la magnitud del lugar era palpable.
Caminando por lo que alguna vez fue la pista de carreras más grande de la antigua Roma, casi podíamos escuchar los vítores de 250,000 espectadores animando a sus aurigas favoritos. La oscuridad, lejos de ser un inconveniente, añadía un aire de misterio al lugar, permitiéndonos imaginar más vívidamente las escenas de gloria y drama que se desarrollaron aquí hace dos milenios.
Prometimos volver durante el día para apreciar mejor la escala y la importancia histórica de este monumento a la pasión romana por el espectáculo.
Regreso y reflexiones #
Con los pies cansados pero el corazón lleno de emociones, tomamos el metro y luego el tren de vuelta a nuestro B&B en Ponte Galeria. El viaje de regreso fue un momento perfecto para reflexionar sobre nuestro primer día en Roma.
En apenas unas horas, habíamos viajado a través de milenios de historia. Desde la antigua Roma hasta la época medieval, y luego al Renacimiento y más allá. Cada piedra, cada edificio en Roma parecía contar una historia, y nosotros apenas habíamos arañado la superficie.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
Esenciales Urbanos
A lo largo de mis viajes, he descubierto que cada ciudad tiene un latido único, una esencia que la define. En 'Esenciales Urbanos', comparto contigo esos momentos y lugares que, para mí, capturan el alma de cada destino que he explorado.
Descubre todos mis Esenciales Urbanos
