Día 4. Del distrito de almacenes más grande del mundo a acabar bajo el agua

En nuestro cuarto día en Hamburgo, durante el otoño de 2023, nos embarcamos en un fascinante viaje a través de la historia y la arquitectura de esta ciudad portuaria. Desde edificios icónicos hasta túneles subacuáticos, cada parada nos ofreció una nueva perspectiva de la rica cultura hamburguesa.

Chilehaus: Una joya arquitectónica #

Comenzamos nuestra jornada en el impresionante Chilehaus, un edificio que nos dejó boquiabiertos por su diseño único. Construido entre 1922 y 1924, este edificio es un ejemplo sobresaliente del estilo expresionista en arquitectura. Su forma distintiva de buque, con su punta afilada que recuerda la proa de un barco, es un homenaje a la historia marítima de Hamburgo.

El arquitecto Fritz Höger diseñó esta estructura utilizando más de 4.8 millones de ladrillos, creando un efecto visual impresionante que sigue cautivando a visitantes y locales por igual. La fachada, con sus intrincados patrones de ladrillo y las ventanas en ángulo, crea un juego fascinante de luz y sombra que cambia a lo largo del día.

Speicherstadt: El distrito de almacenes más grande del mundo #

Nuestro recorrido continuó hacia Speicherstadt, el complejo de almacenes históricos más grande del mundo. Construido entre 1883 y 1927, este distrito es un testimonio del pasado comercial de Hamburgo y un magnífico ejemplo de arquitectura neogótica en ladrillo.

Los edificios de ladrillo rojo, construidos sobre pilotes de roble, se reflejan en los canales que los rodean, creando un paisaje urbano único. Cada edificio, con sus elaboradas fachadas de terracota, torres y pequeños frontones, cuenta una historia de comercio y prosperidad.

Caminando por sus estrechas calles adoquinadas y cruzando los numerosos puentes, como el pintoresco Poggenmühlen Bridge, sentimos como si hubiéramos retrocedido en el tiempo. Los canales, que alguna vez fueron las arterias comerciales de la ciudad, ahora ofrecen románticos paseos en bote, permitiendo admirar la arquitectura desde una perspectiva diferente.

Museo Marítimo Internacional de Hamburgo #

Aunque no entramos, pasamos frente al imponente Museo Marítimo Internacional de Hamburgo. Ubicado en uno de los almacenes más antiguos de Speicherstadt, el edificio en sí es una pieza de historia marítima. Su fachada de ladrillo rojo y su torre del reloj son un recordatorio constante de la conexión de la ciudad con el mar.

Überseeboulevard: Modernidad y tradición #

El contraste entre lo antiguo y lo nuevo se hizo evidente al llegar a Überseeboulevard. Esta zona moderna, parte del ambicioso proyecto de desarrollo urbano HafenCity, representa la visión futurista de Hamburgo.

Überseeboulevard es una avenida peatonal flanqueada por edificios de diseño vanguardista que albergan oficinas, apartamentos de lujo, tiendas elegantes y restaurantes de moda. La arquitectura aquí es un festín visual, con fachadas de vidrio y acero que contrastan y complementan los edificios históricos cercanos.

Lo que más nos impresionó fue cómo esta área logra combinar la funcionalidad moderna con guiños sutiles al pasado marítimo de la ciudad. Los espacios públicos bien diseñados, con asientos que recuerdan a los bancos de los barcos y farolas que evocan los mástiles de los veleros, crean un ambiente acogedor que invita a pasear y disfrutar.

Puentes históricos: Kannengießerort y Maiden #

Nuestro recorrido nos llevó a cruzar dos puentes históricos: Kannengießerort Bridge y Maiden Bridge. Estos puentes no son solo conexiones funcionales entre las islas de la ciudad, sino también piezas de arte en sí mismos.

El Kannengießerort Bridge, con su estructura de acero pintada de verde, ofrece vistas pintorescas de los canales y los edificios circundantes. El Maiden Bridge, por su parte, es conocido por sus elaboradas decoraciones de hierro forjado y las estatuas que adornan sus entradas.

Cruzar estos puentes nos dio una sensación tangible de la historia de Hamburgo como ciudad de canales y comercio, recordándonos la importancia del agua en la vida cotidiana de la ciudad.

Iglesias históricas: St. Katharinen y St. Michaelis #

Siguiendo el paseo encontramos dos de las iglesias más emblemáticas de Hamburgo. La Hauptkirche St. Katharinen, con su torre barroca que domina el skyline, ha sido un punto de referencia para los marineros durante siglos. Su historia se remonta al siglo XIII, y ha sobrevivido a numerosos incendios y guerras, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y fe.

La fachada de St. Katharinen, con su mezcla de estilos gótico y barroco, es un testimonio de las diferentes épocas que ha atravesado. El interior de la iglesia es igualmente impresionante, con sus altas bóvedas, coloridas vidrieras y un órgano magnífico que data del siglo XVII.

La Hauptkirche St. Michaelis, conocida cariñosamente como "Michel", nos sorprendió por su ubicación algo escondida. Esta iglesia barroca del siglo XVIII es uno de los símbolos más reconocibles de Hamburgo. Su imponente fachada blanca y su cúpula de cobre verde son visibles desde gran parte de la ciudad.

Aunque en esta ocasión no tuvimos la oportunidad de subir, la torre de St. Michaelis, con una altura de 132 metros, ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el puerto. El interior de la iglesia es igualmente impresionante, con su nave espaciosa y luminosa, sus galerías elegantes y su altar mayor ricamente decorado.

Alster Arcade #

Nuestro paseo nos llevó también por la elegante Alster Arcade, un pasaje comercial cubierto que data de principios del siglo XX. Con su techo de cristal y sus tiendas de lujo, la arcade ofrece una experiencia de compras única en un entorno histórico. La mezcla de arquitectura clásica y comercio moderno crea una atmósfera especial que refleja la sofisticación de Hamburgo.

El túnel del Elba: Una experiencia subacuática #

Una de las experiencias más únicas del día fue atravesar el túnel del Elba. Construido entre 1909 y 1911, este túnel peatonal y para vehículos pasa por debajo del río Elba, conectando el centro de la ciudad con los muelles del sur. Con sus 426 metros de longitud y situado a 24 metros bajo el nivel del río, el túnel es una obra maestra de la ingeniería de principios del siglo XX.

Elegimos bajar por las escaleras en lugar de usar los ascensores par tener una perspectiva más amplia y calmada del pozo de entrada. Al entrar en el túnel, nos sorprendió la sensación de frescor y el ligero eco de nuestros pasos. Las baldosas blancas que recubren sus paredes, iluminadas por una luz tenue, crean una atmósfera casi surrealista. El constante goteo de agua y el ocasional temblor causado por los barcos que pasan por encima nos recordaron constantemente que estábamos caminando bajo un río activo.

Los ascensores originales de principios del siglo XX, con sus cabinas de madera pulida y detalles en latón, añaden un toque de nostalgia a la experiencia. Salir del túnel al otro lado del río fue como emerger en un mundo diferente, con vistas impresionantes del puerto y el skyline de Hamburgo.

Mirador con vistas al Elba #

Al salir del túnel, nos dirigimos al mirador cercano para disfrutar de las vistas panorámicas del río Elba y el puerto de Hamburgo. Desde este punto, pudimos apreciar la vastedad del puerto, con sus enormes grúas y barcos de carga que entran y salen constantemente. El contraste entre la actividad industrial del puerto y la belleza natural del río crea una vista fascinante que captura la esencia de Hamburgo como ciudad portuaria.

Stage Theater an der Elbe #

Nuestra siguiente parada fue el Stage Theater an der Elbe, hogar de espectáculos como "Frozen" y "El Rey León". Aunque sabíamos de antemano que no habría funciones a esa hora, nos sorprendió encontrar el área completamente desierta. El edificio en sí tampoco es especialmente destacable, con un diseño moderno y una fachada de vidrio que refleja el agua del Elba, un ejemplo típico de la arquitectura contemporánea de entretenimiento.

Sin embargo, lo que más nos impactó fue la ubicación del teatro. Contrario a nuestras expectativas de encontrarlo en una zona animada con tiendas y bares, el Stage Theater an der Elbe está situado en "el medio de la nada". La ausencia de desarrollo urbano alrededor del teatro creó una sensación algo surreal, como si este edificio hubiera sido depositado en un área aún por desarrollar.

Esta experiencia nos hizo reflexionar sobre los planes de desarrollo urbano de Hamburgo y cómo algunas áreas, especialmente cerca del río, están aún en proceso de transformación. El contraste entre este teatro ultramoderno y su entorno poco desarrollado fue ciertamente intrigante y nos dejó con la curiosidad de cómo podría cambiar esta zona en los próximos años.

Regreso en barco #

Dada la falta de otras opciones de entretenimiento o transporte en la zona del teatro, decidimos tomar un barco para regresar al centro de la ciudad. El teatro cuenta con un muelle justo enfrnte, y gracias a ello pudimos regresar a la zona de entrada inicial del túnel bajo el río Elba.

Noche en St. Pauli: El lado más animado de Hamburgo #

Cuando el sol comenzó a ponerse, decidimos regresar a St. Pauli, el barrio que no pudimos explorar completamente en nuestro primer día. La vida nocturna de esta zona nos cautivó con su energía vibrante. Las calles iluminadas, llenas de tiendas, bares y clubes, nos ofrecieron una visión del lado más hedonista de Hamburgo.

La famosa Reeperbahn, con sus luces de neón y su ambiente festivo, es el corazón de la vida nocturna de St. Pauli. Los bares de música en vivo resonaban con los sonidos del rock, jazz y música electrónica, creando una atmósfera ecléctica y emocionante.

En nuestro paseo, nos encontramos inesperadamente con la famosa Herbertstraße, la calle de las prostitutas en escaparates, reminiscente del Barrio Rojo de Ámsterdam. Esta experiencia nos recordó la diversidad y la naturaleza abierta de la ciudad. Aunque decidimos observar desde una distancia respetuosa, recorrer la calle es toda una experiencia.

Lo que más nos impresionó de St. Pauli fue su capacidad para combinar su reputación de barrio de fiesta con una escena cultural vibrante. Junto a los bares y clubes, encontramos galerías de arte independientes, teatros alternativos y tiendas vintage únicas.

El día terminó con la energía palpitante de St. Pauli, un recordatorio de la diversidad y la vitalidad de Hamburgo. Con las piernas cansadas pero el espíritu enriquecido, regresamos a nuestro alojamiento, con un gran sabor de boca de nuestra última noche en Hamburgo.