Día 1. De Bilbao a Bristol y primera toma de contacto con la ciudad

Octubre de 2022 marcó el inicio de una experiencia inolvidable en Bristol, una ciudad que nos cautivó desde el primer momento. Nuestro viaje comenzó con un vuelo desde Bilbao, a bordo del EZY6242 de Easyjet, despegando a las 11:35 y aterrizando en Bristol a las 12:20, hora local.

Llegada y primeras impresiones #

Tras un vuelo tranquilo, llegamos al aeropuerto de Bristol donde tomamos sin complicaciones el autobús hacia la estación central. Aprovechamos para almorzar en la zona mientras esperábamos la hora de check-in en nuestro alojamiento, que resultaría ser uno de los más peculiares y encantadores en los que me he hospedado jamás.

Un hogar entre las ramas en Montpelier #

Nuestro Airbnb era nada menos que una casa del árbol situada en el jardín de una residencia familiar en el barrio de Montpelier. Este vecindario, conocido por su ambiente bohemio y artístico, es uno de los más eclécticos de Bristol. Montpelier se caracteriza por sus casas victorianas pintadas en colores vibrantes, creando un paisaje urbano único y alegre. Las calles empinadas están salpicadas de murales elaborados, convirtiendo el barrio en una galería de arte al aire libre.

El área es famosa por su comunidad diversa y creativa, repleta de artistas, músicos y emprendedores. Las calles principales como Picton Street y Stokes Croft están llenas de cafeterías independientes, tiendas vintage, galerías de arte y bares con personalidad. Esta mezcla de cultura alternativa y encanto histórico hace de Montpelier un lugar fascinante para alojarse y explorar.

La casa del árbol, originalmente construida para la "emancipación" del hijo mayor de la familia, era una maravilla en miniatura. Contaba con una pequeña sala equipada con fregadero, nevera y microondas. Lo más emocionante era subir por una escalera de mano hasta el dormitorio en el piso superior. Además, teníamos acceso al baño y la cocina completa de la casa principal.

Anita, nuestra anfitriona, resultó ser una mujer encantadora con una vida fascinante. Nuestras conversaciones al regresar de las excursiones se convirtieron en uno de los aspectos más enriquecedores de nuestra estancia.

El majestuoso Puente Colgante de Clifton #

Una vez instalados, nos dirigimos al icónico Puente Colgante de Clifton. Diseñado por el ingeniero Isambard Kingdom Brunel y completado en 1864, este puente es una obra maestra de la ingeniería victoriana. Suspendido a 75 metros sobre el río Avon, el puente no solo es una maravilla arquitectónica sino también un símbolo de la ciudad.

La historia del puente es tan fascinante como su estructura. Su construcción comenzó en 1831, pero debido a disturbios civiles, problemas financieros y dificultades técnicas, no se completó hasta 33 años después. Tristemente, Brunel no vivió para ver su obra maestra terminada, ya que falleció en 1859.

El puente, que mide 412 metros de largo y 76 metros de alto, fue originalmente diseñado para el tráfico de carruajes tirados por caballos. Hoy en día, sigue siendo una vía de tránsito importante para vehículos y peatones, además de una atracción turística principal.

Lo que hace verdaderamente espectacular al puente es su entorno natural. Las vistas del desfiladero del Avon son impresionantes, con acantilados de piedra caliza que se elevan a ambos lados del río. El contraste entre la ingeniería victoriana del puente y la belleza natural del desfiladero crea una imagen inolvidable.

Pudimos capturar fotos desde todos los ángulos posibles mientras caminábamos por su acera peatonal. La experiencia de cruzar el puente a pie es emocionante, con vistas panorámicas del río Avon y la ciudad de Bristol a lo lejos. En el lado de Clifton, el mirador del puente ofrece una perspectiva perfecta para fotografías, especialmente al atardecer cuando la luz dora la estructura de hierro del puente.

Un paseo por la historia #

Descendimos por Wellington Terrace y Granby Hill, admirando las elegantes casas georgianas y victorianas que bordean estas calles. Estas zonas residenciales de Clifton ofrecen un vistazo a la opulencia del pasado de Bristol, con sus fachadas de piedra de Bath y sus elaborados detalles arquitectónicos.

Los canales nocturnos de Bristol #

Nuestra caminata nos llevó finalmente a los canales de Bristol. De noche, el área cobra vida de una manera mágica. Los canales, que una vez fueron el corazón del comercio marítimo de Bristol, ahora son el centro de la vida cultural y recreativa de la ciudad.

El sistema de canales de Bristol, conocido como el "Floating Harbour", se extiende por 70 hectáreas. Fue construido entre 1804 y 1809 para resolver el problema de las mareas extremas del río Avon, que dificultaban la carga y descarga de los barcos. Este ingenioso sistema permitió que Bristol mantuviera su estatus como uno de los puertos más importantes de Inglaterra durante el siglo XIX.

Hoy en día, los muelles y almacenes históricos que bordean los canales han sido transformados en una vibrante mezcla de restaurantes, bares, museos y espacios culturales. Por la noche, las luces reflejadas en el agua creaban una atmósfera casi onírica. Los edificios históricos, iluminados con gusto, contrastaban con las estructuras modernas, creando un paisaje urbano único que fusiona el pasado y el presente de Bristol.

A pesar del buen tiempo, encontramos poca gente, lo que nos permitió disfrutar de la tranquilidad y la belleza del lugar en una intimidad inesperada. Caminamos a lo largo del canal, observando los barcos amarrados y disfrutando del reflejo de las luces en el agua. La combinación de la historia marítima de Bristol con su renacimiento moderno como centro cultural se hace evidente en cada paso a lo largo de los canales.

Regresamos a nuestro acogedor nido arbóreo con el corazón lleno y ansiosos por lo que los próximos días en Bristol nos depararían. Este primer día había sido una perfecta introducción a una ciudad que mezcla historia, cultura y naturaleza de una manera única y encantadora.