Amanecía mi último día en Boston, y con él, la octava jornada de un inolvidable viaje. Tras una agradable charla con mi anfitriona (gracias por tu hospitalidad, Shine), me despedí de mi alojamiento temporal, listo para exprimir cada minuto de mis últimas horas en esta fascinante ciudad.
Mañana entre muelles y arquitectura moderna #
Mi primera parada fue la zona de los muelles, un área que ejemplifica perfectamente cómo Boston abraza su conexión con el agua. Recorrí Courthouse Docks, Fan Pier Park y observé desde el exterior el impresionante Institute of Contemporary Art.
Courthouse Docks y Fan Pier: Un viaje en el tiempo #
La zona de Courthouse Docks y Fan Pier es un fascinante ejemplo de la transformación urbana de Boston. Esta área, anteriormente conocida como Seaport District, ha experimentado una de las renovaciones más significativas de la ciudad en las últimas décadas.
El desarrollo moderno de esta zona comenzó en los años 2000, pero su historia se remonta mucho más atrás. Fan Pier, por ejemplo, recibió su nombre en el siglo XIX debido a la forma de abanico que formaban las vías del ferrocarril que llegaban hasta el muelle.
La joya arquitectónica de la zona es sin duda el John Joseph Moakley United States Courthouse, inaugurado en 1999. Este edificio, diseñado por el prestigioso estudio de arquitectura Pei Cobb Freed & Partners, es un magnífico ejemplo de arquitectura contemporánea que respeta el contexto histórico de la ciudad. Su fachada de cristal y granito refleja las aguas del puerto, creando un efecto visual impresionante.
El estilo arquitectónico predominante en la zona es una mezcla de diseño contemporáneo con guiños a la herencia marítima de Boston. Los edificios modernos de cristal y acero conviven armoniosamente con estructuras que recuerdan a los antiguos almacenes portuarios, creando un paisaje urbano único.
Institute of Contemporary Art: Un icono moderno #
Aunque no entré en su interior, no pude dejar de admirar la impresionante estructura del Institute of Contemporary Art (ICA). Inaugurado en 2006, el edificio fue diseñado por el estudio de arquitectura Diller Scofidio + Renfro. Su diseño vanguardista, con una enorme galería en voladizo que se extiende hacia el agua, lo ha convertido en un ícono de la arquitectura moderna de Boston.
Boston tiene una forma única de acercarse al agua, integrando perfectamente sus espacios urbanos con el entorno marítimo. Los paseos peatonales a lo largo de los muelles son amplios y bien cuidados, invitando tanto a locales como a visitantes a disfrutar de las vistas del puerto. La ciudad ha logrado un equilibrio perfecto entre el desarrollo urbano y la preservación de su herencia marítima.
Lo que más me impresionó fue lo amigable que es esta zona para el peatón. Los senderos están bien señalizados, hay abundantes bancos para descansar y contemplar el paisaje, y la disposición de los edificios permite que el aire fresco del mar circule libremente. Es un placer caminar por aquí, sintiendo la brisa marina y escuchando el suave murmullo de las olas.
Última visita a Quincy Market #
Para el almuerzo, decidí hacer una última visita a Quincy Market. Este lugar vibrante y lleno de vida es el epítome de la escena gastronómica de Boston. Mientras saboreaba mi última comida bostoniana, no pude evitar sentir una mezcla de nostalgia y satisfacción.
Después de comer, aproveché para explorar las tiendas y puestos de la zona. Quincy Market no es solo un destino gastronómico, sino también un lugar perfecto para comprar recuerdos y artesanías locales. Cada puesto cuenta una historia diferente de Boston y su gente.
Rumbo al aeropuerto #
Con el corazón lleno de recuerdos y la maleta llena de souvenirs, me dirigí al aeropuerto. Mi vuelo con Level (IB2626) salía a las 20:15, con destino a Barcelona. Mientras esperaba en la terminal, repasé mentalmente todos los momentos maravillosos que había vivido en Boston, prometiéndome volver algún día.
Escala en Barcelona y regreso a casa #
Aterricé en Barcelona a las 09:25 del día siguiente. Aprovechando la oportunidad, decidí quedarme una noche en la ciudad condal, hospedándome en casa de unos amigos. Fue un agradable epílogo a mi aventura americana.
Finalmente, el 22 de octubre, tomé mi vuelo de Vueling (VY1424) de Barcelona a Bilbao, saliendo a las 20:30 y llegando a las 21:45. Mientras el avión descendía sobre Bilbao, sentí que una parte de mí se había quedado en Boston, esperando mi regreso.
Este viaje no solo me permitió conocer una ciudad fascinante, sino que también me enseñó a apreciar los pequeños detalles que hacen que un lugar sea especial. Boston, con su rica historia, su cultura vibrante y su gente amable, se ha ganado un lugar especial en mi corazón de viajero.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
Esenciales Urbanos
A lo largo de mis viajes, he descubierto que cada ciudad tiene un latido único, una esencia que la define. En 'Esenciales Urbanos', comparto contigo esos momentos y lugares que, para mí, capturan el alma de cada destino que he explorado.
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