Venecia, esa ciudad única que parece surgir de las aguas del Adriático como por arte de magia. Con sus canales serpenteantes, sus puentes románticos y su arquitectura que desafía al tiempo, Venecia es un destino que cautiva a todo el que la visita.
Prepárate para perderte en sus callejuelas, dejarte llevar por el aroma del café recién hecho y el sonido de las góndolas deslizándose por los canales.
Piazza San Marco #
La Piazza San Marco es, sin duda, el corazón palpitante de Venecia. Nada más poner un pie en ella, te sientes transportado a otra época. El imponente campanario, la basílica con sus cúpulas doradas y el Palacio Ducal te rodean creando una atmósfera mágica.
Mi consejo es que vengas aquí al amanecer, cuando los primeros rayos de sol iluminan las fachadas y las palomas comienzan a revolotear. Es un momento de paz antes de que la plaza se llene de turistas. Si tu presupuesto lo permite, siéntate en uno de los cafés históricos, como el Florian, y disfruta de un capuchino mientras observas cómo la ciudad despierta. Sí, será caro, pero la experiencia lo vale.
Puente de Rialto #
El Puente de Rialto es otro de esos lugares emblemáticos que no puedes perderte. Este puente de piedra blanca que cruza el Gran Canal es una obra maestra de la ingeniería del siglo XVI. Desde arriba, las vistas del canal son espectaculares, con las góndolas y los vaporettos pasando por debajo.
Lo que más me gusta es pasear por los puestos que hay a ambos lados del puente. Encontrarás de todo, desde máscaras venecianas hasta joyería de cristal de Murano. Eso sí, ojo con los precios, que aquí todo es un pelín más caro. Si quieres una experiencia más auténtica, baja las escaleras del puente y date una vuelta por el mercado de Rialto. El olor a pescado fresco y las voces de los vendedores te harán sentir como un veneciano más.
Paseo en góndola por los canales #
Vale, ya sé lo que estáis pensando: "¡Qué típico!". Y sí, tenéis razón, es lo más turístico que se puede hacer en Venecia. Pero os prometo que merece la pena. Hay algo mágico en deslizarse por los estrechos canales, pasando bajo puentes centenarios y junto a palacios que parecen flotar sobre el agua.
Mi truco es alejarse un poco de las zonas más concurridas. En lugar de coger la góndola cerca de la Piazza San Marco, probad en los canales del barrio de Dorsoduro. Los precios suelen ser un poco más bajos y la experiencia más tranquila. Y si vais en pareja, no os cortéis y pedid al gondolero que os cante una canción. Sí, es un topicazo, pero estáis en Venecia, ¡disfrutadlo!
Galería de la Academia #
Si eres un amante del arte, la Galería de la Academia es visita obligada. Este museo alberga la mayor colección de pintura veneciana del mundo, con obras maestras que van desde el siglo XIV hasta el XVIII. Bellini, Tiziano, Tintoretto... todos los grandes están aquí.
Lo que más me impresionó fue "El festín en casa de Leví" de Veronese. Es un cuadro enorme que ocupa toda una pared y que te deja boquiabierto por la cantidad de detalles. Mi consejo es que alquiles la audioguía, porque te ayuda a entender muchas de las historias detrás de los cuadros. Y no os olvidéis de hacer una pausa en la cafetería del museo, que tiene unas vistas preciosas al Gran Canal.
Barrio de Cannaregio #
Después de tanto bullicio turístico, nada como perderse por el barrio de Cannaregio para conocer la Venecia más auténtica. Este barrio, al norte de la ciudad, es donde viven muchos venecianos y tiene un ambiente mucho más relajado.
Me encanta pasear por la calle Strada Nova, llena de tiendas locales y bares donde los venecianos toman el aperitivo. Si os apetece un piscolabis, buscad los "bacari", que son los bares de tapas venecianos. Probad los "cicchetti", que son como las tapas, pero en versión veneciana. Mi favorito es el "baccalà mantecato", una especie de paté de bacalao que está para chuparse los dedos.
Isla de Burano #
Vale, técnicamente no está en Venecia, pero Burano bien merece el viaje en vaporetto. Esta pequeña isla es famosa por sus casas de colores vivos y su artesanía de encaje. Nada más llegar, te sientes como si hubieras entrado en un cuento de hadas.
Lo mejor es perderse por sus callejuelas y dejarse sorprender por la explosión de color. Cada casa es de un color diferente y dicen que los pescadores las pintaban así para reconocerlas desde el mar. No os perdáis la torre inclinada de la iglesia de San Martino, ¡parece que se va a caer en cualquier momento! Y si os gusta la fotografía, este es vuestro paraíso. Cada esquina es una postal.
Scuola Grande di San Rocco #
Esta es una joya escondida que mucha gente se pierde. La Scuola Grande di San Rocco es un edificio impresionante del siglo XVI que alberga una colección de pinturas de Tintoretto que te deja sin aliento. Nada más entrar, te dan un espejo para que puedas admirar los techos sin romperte el cuello.
Lo que más me impresionó fue la Sala dell'Albergo, con el enorme cuadro de la Crucifixión. Es tan detallado que podrías pasarte horas mirándolo y seguirías descubriendo cosas nuevas. Y lo mejor es que, como no es tan conocido, suele estar bastante tranquilo. Puedes sentarte en uno de los bancos y admirar el arte en paz, sin las aglomeraciones de otros museos.
Paseo nocturno por Dorsoduro #
Venecia de noche tiene un encanto especial, y el barrio de Dorsoduro es perfecto para experimentarlo. Este barrio estudiantil cobra vida al caer el sol, con sus bares y restaurantes llenos de gente local.
Mi plan favorito es dar un paseo por la Zattere, el paseo marítimo que da al canal de la Giudecca. Las vistas del atardecer desde aquí son espectaculares. Luego, me pierdo por las callejuelas hasta llegar a Campo Santa Margherita. Esta plaza es el centro de la vida nocturna veneciana, llena de terrazas donde los estudiantes y locales se reúnen a tomar un spritz. El ambiente es genial y los precios mucho más razonables que en el centro turístico.
Mercado de Rialto #
Para terminar, no hay nada como madrugar un poco e ir al mercado de Rialto. Este mercado, que lleva funcionando desde el siglo XI, es un festín para los sentidos. El olor a pescado fresco, los gritos de los vendedores, los colores de las frutas y verduras... es la Venecia más auténtica.
Me encanta pasear entre los puestos y ver los productos locales. Las sandías gigantes en verano, los "radicchio" de Treviso en invierno, y, por supuesto, el pescado recién sacado de la laguna. Si os animáis, comprad algo y haceos un picnic en alguna plaza cercana. Es la mejor manera de sentirse como un veneciano más, aunque sea por un rato.
Lo mejor de esta ciudad es que cada callejón, cada puente, cada plaza esconde una sorpresa. Así que mi último consejo es: perdeos. Dejad el mapa en el hotel y caminad sin rumbo. Os prometo que descubriréis una Venecia que no sale en las guías y que os robará el corazón. ¡Buen viaje!
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
Últimos itinerarios publicados
Escribiendo sobre algunos de los sitios que he conocido a lo largo de estos años, y soñando con todo lo que aún me queda por viajar y descubrir
Descubre Bilbao
Bienvenido a mi Bilbao, una ciudad que reinventa su pasado industrial en un presente lleno de arte, sabor y sorpresas. Aquí encontrarás rutas, paseos y eventos tanto de Bilbao como de sus alrededores