Salzburgo, una ciudad que parece sacada de un cuento de hadas, se alza majestuosa entre las colinas alpinas de Austria. Cuna de Mozart y escenario de "Sonrisas y Lágrimas", esta urbe combina a la perfección su rica herencia musical con una arquitectura barroca impresionante y un encanto que te cautivará desde el primer momento.

Fortaleza de Hohensalzburg #

La imponente fortaleza de Hohensalzburg domina el horizonte de Salzburgo desde lo alto de una colina. Es imposible no sentirse como un caballero medieval al subir por sus empinadas callejuelas.

Una vez arriba, las vistas de la ciudad y los Alpes te dejarán sin aliento. Recuerdo haber pasado horas explorando sus patios y torres, imaginando cómo sería la vida en la Edad Media. Lo mejor es que, aunque la entrada al castillo es de pago, puedes disfrutar de gran parte de las vistas de forma gratuita desde los miradores exteriores.

Getreidegasse #

Esta calle es el corazón palpitante del casco antiguo de Salzburgo. Sus coloridos letreros de hierro forjado y sus estrechos pasadizos te transportan a otra época.

Aquí encontrarás desde tiendas de lujo hasta pequeñas boutiques locales. Pero lo que más me llamó la atención fueron las "Durchhäuser", pasajes que conectan diferentes calles y que esconden auténticos tesoros arquitectónicos. No te pierdas la casa natal de Mozart en el número 9, aunque te recomiendo que la admires desde fuera para evitar las largas colas.

Jardines de Mirabell #

Estos jardines son un auténtico oasis en el corazón de la ciudad. Recuerdo haber pasado una tarde entera paseando entre sus parterres geométricos y sus esculturas mitológicas.

El palacio que les da nombre es precioso, pero lo que realmente me cautivó fue la pérgola cubierta de glicinas. Si vas en primavera, el aroma es embriagador. Ah, y si eres fan de "Sonrisas y Lágrimas", no dejes de buscar la famosa fuente donde Julie Andrews cantó "Do-Re-Mi" con los niños. ¡Es un momentazo!

Catedral de Salzburgo #

La catedral es el epicentro espiritual de la ciudad. Su cúpula y sus torres gemelas son inconfundibles en el skyline salzburguense.

Lo que más me impresionó fue su interior, una mezcla perfecta de sobriedad y opulencia barroca. La pila bautismal donde fue bautizado Mozart me hizo sentir una conexión especial con la historia de la ciudad. Y si tienes suerte, como nos pasó a nosotros, podrás asistir a uno de los conciertos de órgano que se celebran regularmente. La acústica es sencillamente espectacular.

Mercado de Grünmarkt #

Este mercado al aire libre en la Universitätsplatz es un festín para los sentidos. El aroma de las especias, los colores de las frutas y verduras frescas, y el bullicio de los comerciantes crean una atmósfera única.

Nosotros compramos queso de montaña y salchichas locales para un picnic improvisado. ¡Qué delicia! También probamos el "Bosna", un perrito caliente típico de Salzburgo que está para chuparse los dedos. Es el lugar perfecto para sumergirse en la cultura gastronómica local sin gastar mucho.

Paseo por el río Salzach #

El río Salzach divide la ciudad en dos, y caminar por sus orillas es una de las experiencias más relajantes que puedes tener en Salzburgo. Los puentes que lo cruzan, especialmente el Makartsteg con sus candados del amor, ofrecen vistas preciosas.

Por la tarde, cuando el sol empieza a ponerse, el reflejo de los edificios barrocos en el agua crea una imagen de postal. Nosotros nos sentamos en uno de los bancos de la ribera con un helado en la mano, simplemente disfrutando del momento y viendo pasar a la gente. ¡Pura felicidad!

Cementerio de San Pedro #

Puede sonar un poco macabro, pero te aseguro que el cementerio de San Pedro es uno de los lugares más hermosos y tranquilos de Salzburgo. Enclavado en la base de la montaña Mönchsberg, está lleno de tumbas antiguas y catacumbas excavadas en la roca.

Lo que más me impresionó fue la capilla de Santa Margarita, tallada directamente en la piedra. El ambiente es sorprendentemente sereno, con flores por todas partes y el sonido de fondo de un pequeño arroyo. Es un lugar perfecto para reflexionar y conectar con la historia de la ciudad.

Hangar-7 #

Para cambiar un poco de tercio, te recomiendo visitar el Hangar-7. Este edificio futurista de cristal y acero contrasta brutalmente con la arquitectura barroca del resto de la ciudad, y eso es precisamente lo que lo hace tan especial.

Alberga una colección impresionante de aviones históricos y coches de Fórmula 1. Lo mejor es que la entrada es gratuita. Recuerdo haber pasado horas admirando los detalles de estas máquinas, sintiendo una mezcla de asombro y nostalgia por épocas pasadas. El restaurante del hangar es carísimo, pero el bar de la planta baja ofrece cócteles a precios razonables con unas vistas espectaculares.

Cervecería Augustiner Bräu #

Nuestra visita a Salzburgo no habría estado completa sin una parada en la cervecería Augustiner Bräu. Este monasterio reconvertido en cervecería es toda una institución en la ciudad.

El sistema para pedir es una experiencia en sí misma: coges tu jarra, la enjuagas en una fuente y luego te la llenan directamente del barril. La cerveza es excelente, pero lo que hace que este lugar sea especial es su ambiente. Los enormes salones abovedados y el jardín de la cervecería están siempre llenos de locales y turistas por igual, creando un ambiente festivo y acogedor. Eso sí, ve con hambre porque las porciones de comida tradicional son gigantescas.