París, la capital francesa, es un destino que cautiva a millones de visitantes cada año con su incomparable mezcla de historia, cultura y romanticismo. Sus elegantes bulevares, icónicos monumentos y encantadores rincones hacen de esta ciudad un lugar único en el mundo.
Prepárate para sumergirte en un viaje que despertará todos tus sentidos y te enamorará de la vida parisina.
1. Paseo por el Sena #
El río Sena es el corazón palpitante de París. Un paseo por sus orillas te permitirá descubrir la ciudad desde una perspectiva única. Comienza en la Île de la Cité y déjate llevar por la corriente, admirando los puentes históricos que conectan las dos riberas.
A medida que avanzas, verás cómo la ciudad se despliega ante tus ojos. Los bouquinistes, esos pintorescos puestos de libros de segunda mano, te invitarán a curiosear entre sus tesoros literarios. No te sorprendas si te encuentras hojeando una vieja novela francesa o una postal vintage de la Torre Eiffel.
Al atardecer, el espectáculo es aún más mágico. Los últimos rayos de sol tiñen de dorado las fachadas de los edificios y el río se convierte en un espejo que refleja la ciudad iluminada. Es el momento perfecto para sentarte en un banco, sacar una baguette y un poco de queso, y disfrutar de un improvisado picnic a la parisina.
2. Explorando Montmartre #
Montmartre es el barrio bohemio por excelencia de París. Empieza tu visita temprano en la mañana, cuando las calles aún están tranquilas y puedes imaginar a los artistas de antaño paseando por sus empinadas callejuelas.
Sube los escalones hacia la Basílica del Sacré-Cœur. El ascenso puede ser desafiante, pero la recompensa son unas vistas panorámicas de París que te dejarán sin aliento. Una vez arriba, tómate un momento para admirar la majestuosa iglesia de cúpulas blancas que parece vigilar la ciudad.
Después, piérdete por las calles adyacentes. Descubrirás pequeñas plazas como la Place du Tertre, donde los artistas callejeros siguen manteniendo vivo el espíritu creativo del barrio. No tengas miedo de desviarte del camino marcado; a menudo, los rincones más encantadores se encuentran en los lugares menos esperados.
3. El encanto del Marais #
El Marais es un barrio que rebosa carácter e historia en cada esquina. Comienza tu paseo en la Place des Vosges, la plaza real más antigua de París. Sus arcadas simétricas y su jardín central son el escenario perfecto para una pausa contemplativa.
Adéntrate en las calles estrechas y descubrirás una mezcla fascinante de arquitectura medieval y renacentista. Las casas señoriales conviven con tiendas de diseño vanguardista y galerías de arte contemporáneo. Es como un viaje en el tiempo donde cada época ha dejado su huella.
No olvides visitar el Museo Carnavalet, dedicado a la historia de París. Entrada gratuita, te permitirá sumergirte en el pasado de la ciudad a través de objetos cotidianos, obras de arte y recreaciones de interiores históricos. Es una forma única de entender cómo ha evolucionado París a lo largo de los siglos.
4. Descubriendo el Père Lachaise #
El cementerio del Père Lachaise puede parecer una elección inusual, pero te aseguro que es uno de los lugares más fascinantes de París. Este vasto jardín de la memoria es el hogar eterno de algunas de las figuras más influyentes de la historia y la cultura.
Pasea entre las tumbas y monumentos, algunos grandiosos, otros sencillos pero igualmente conmovedores. Busca las sepulturas de Jim Morrison, Édith Piaf o Oscar Wilde. Cada una tiene su propia historia y sus propios admiradores que dejan pequeños tributos.
Más allá de las tumbas famosas, déjate sorprender por la belleza del lugar. Los caminos arbolados, las esculturas y la atmósfera de serenidad crean un ambiente único. Es un espacio para la reflexión y para apreciar cómo París honra a sus difuntos ilustres y no tan ilustres.
5. La vida en el Canal Saint-Martin #
El Canal Saint-Martin ofrece una visión diferente de la vida parisina, lejos de los circuitos turísticos más trillados. Este canal del siglo XIX, con sus puentes de hierro y sus esclusas, es el corazón de un barrio en plena efervescencia.
Durante el día, observa cómo los barcos navegan lentamente por el canal, pasando por las esclusas en un ritual que parece sacado de otra época. Los parisinos aprovechan las orillas para hacer picnic, leer un libro o simplemente charlar con amigos.
Al caer la noche, el ambiente se transforma. Los bares y restaurantes que bordean el canal se llenan de vida. Únete a los locales para tomar un aperitivo al borde del agua y siente cómo el estrés de la ciudad se desvanece con la puesta de sol.
6. Un respiro en el Jardin des Plantes #
El Jardin des Plantes es un oasis verde en pleno corazón de París. Este jardín botánico, fundado en el siglo XVII, es mucho más que un simple parque. Es un lugar donde la naturaleza y la ciencia se dan la mano.
Pasea por los senderos bordeados de flores y plantas exóticas. Cada estación trae consigo nuevos colores y aromas. El rosedal es especialmente hermoso en primavera, mientras que el jardín alpino ofrece un paisaje sorprendente en cualquier época del año.
No dejes de visitar la Gran Galería de la Evolución, ubicada dentro del jardín. Aunque la entrada tiene un coste, el espectáculo de los animales naturalizados dispuestos en una grandiosa procesión evolutiva bien vale la pena. Es una lección de historia natural que fascina tanto a niños como a adultos.
7. La magia de la Sainte-Chapelle #
La Sainte-Chapelle es, sin duda, una de las joyas ocultas de París. Aunque tiene un coste de entrada, te aseguro que la experiencia es inolvidable. Esta capilla gótica, construida en el siglo XIII, te transportará a un mundo de luz y color.
Al entrar, levanta la vista y déjate maravillar por las impresionantes vidrieras que cubren las paredes. Los 15 ventanales, que narran historias bíblicas, crean un efecto caleidoscópico cuando la luz del sol los atraviesa. Es como estar dentro de una joya gigante.
Trata de visitarla en un día soleado para apreciar todo su esplendor. Si puedes, asiste a uno de los conciertos que se organizan regularmente. La música clásica resonando en este espacio mágico es una experiencia que toca el alma.
8. Mercadillo de las pulgas de Saint-Ouen #
Para una inmersión en el París más auténtico y sorprendente, dirígete al norte de la ciudad, al mercadillo de las pulgas de Saint-Ouen. Este laberinto de tiendas y puestos es el mercado de antigüedades más grande del mundo.
Piérdete entre los callejones repletos de objetos de todas las épocas. Aquí encontrarás desde muebles art déco hasta viejos carteles publicitarios, pasando por joyas vintage y curiosidades de todo tipo. Incluso si no compras nada, el simple hecho de pasear y curiosear es una experiencia fascinante.
No te cortes a la hora de regatear, es parte del juego. Y no olvides explorar los pequeños cafés y bistrós de la zona. Algunos, como el Chez Louisette, ofrecen un ambiente retro con música en vivo que te transportará al París de otra época.
9. Atardecer en las Galerías Lafayette #
Las Galerías Lafayette son mucho más que unos grandes almacenes. Su impresionante cúpula de cristal y su arquitectura art nouveau hacen que valga la pena una visita, incluso si no piensas comprar nada.
Sube hasta la terraza en la azotea. Es gratuita y ofrece una vista panorámica espectacular de París. Desde aquí, podrás ver la Ópera Garnier, la Torre Eiffel y Montmartre en la distancia.
El mejor momento para visitarla es al atardecer. Observa cómo la Ciudad de la Luz comienza a iluminarse mientras el cielo se tiñe de colores cálidos. Es un espectáculo que resume la magia de París en una sola imagen.
10. Noche de cine en la Cinémathèque Française #
Para terminar nuestro recorrido por París, te propongo una experiencia diferente: una noche de cine en la Cinémathèque Française. Este templo del séptimo arte, diseñado por el arquitecto Frank Gehry, es un must para los amantes del cine.
Aunque las proyecciones son de pago, puedes visitar gratuitamente el Museo del Cine. Aquí encontrarás una fascinante colección de objetos relacionados con la historia del cine, desde los primeros aparatos de proyección hasta carteles de películas clásicas.
Si decides quedarte a ver una película, prepárate para una experiencia única. La Cinémathèque a menudo proyecta clásicos restaurados o películas poco conocidas que difícilmente verás en otro lugar. Es la manera perfecta de sumergirte en la rica tradición cinematográfica de Francia y cerrar tu visita a París con un toque de magia del celuloide.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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