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Osaka

La ciudad que nunca duerme: un festín para los sentidos

Osaka

Osaka, la tercera ciudad más grande de Japón, es un torbellino de emociones, sabores y experiencias que te dejarán con ganas de más. Conocida como la "cocina de Japón", esta metrópolis vibrante no solo te conquistará por su gastronomía, sino también por su gente cálida y su ritmo frenético.

Prepárate para sumergirte en un mundo donde la tradición y la modernidad se dan la mano a cada paso.

Dotonbori: el corazón palpitante de Osaka #

Dotonbori es como sumergirse de cabeza en la esencia de Osaka. Las luces de neón, los olores que te hacen la boca agua y el bullicio de la gente te envuelven en un instante. Es como si toda la energía de la ciudad se concentrara en esta calle.

Los enormes carteles luminosos son un espectáculo en sí mismos. El cangrejo gigante moviendo las pinzas, el pulpo giratorio... ¡Parece que te has metido en una película! Y qué decir de la comida. En cada esquina hay un puesto de takoyaki o kushikatsu que te tienta. Es imposible resistirse a probar un poco de todo.

El Castillo de Osaka: un viaje al pasado samurái #

El Castillo de Osaka ofrece un cambio de escenario radical. De repente, te ves rodeado de jardines extensos y murallas imponentes. El castillo se alza majestuoso, como si el tiempo no hubiera pasado por él.

Desde la torre principal, las vistas de la ciudad son impresionantes. Dentro del castillo, te sumerges en la historia de los samuráis y los shogun. Hay armaduras, espadas y un montón de objetos antiguos que te transportan a otra época. Es fascinante imaginar cómo sería la vida allí hace siglos, con todos esos guerreros corriendo de un lado a otro.

Aunque la entrada no es gratuita, merece la pena cada yen. Es como un viaje en el tiempo que te ayuda a entender mejor la historia de Japón.

Parque Tennoji: un oasis urbano #

El Parque Tennoji es como un oasis en medio de la urbe. Nada más entrar, sientes como si te hubieras teletransportado fuera de la ciudad. ¡Qué paz!

Es un lugar perfecto para tumbarse en el césped, ver cómo las familias hacen picnic y los mayores practican tai chi. Hay un lago precioso donde los niños dan de comer a los patos. Un paseo tranquilo, disfrutando de los cerezos en flor (si tienes la suerte de pillar la temporada), es una experiencia muy relajante.

Lo mejor es que el parque es gratis, así que puedes pasar horas allí sin gastar un duro. Incluso puedes llevar tu propio almuerzo y tener un picnic improvisado. ¡Una experiencia muy local!

Mercado de Kuromon: el paraíso de los gourmets #

El Mercado de Kuromon es un festín para los sentidos. Nada más entrar, el olor a pescado fresco y las voces de los vendedores te envuelven. Es como estar en el corazón de la gastronomía de Osaka.

Pasear entre los puestos es una experiencia en sí misma. Hay de todo: desde pescado tan fresco que aún se mueve, hasta frutas que parecen obras de arte. Lo mejor es ir probando cositas por el camino. Un trocito de atún por aquí, una brocheta por allá... Puedes acabar haciendo una comida completa a base de picoteo.

Ojo, que aunque entrar es gratis, es fácil dejarse llevar y gastar más de la cuenta. ¡Todo tiene una pinta tan buena que es difícil resistirse!

Shinsekai: un viaje al pasado retrofuturista #

Shinsekai es como un viaje en el tiempo curioso. Es como si hubieras aterrizado en la visión que tenían del futuro en los años 50.

Lo primero que te llama la atención es la Torre Tsutenkaku, que se alza como un faro en medio del barrio. Subir a la torre ofrece unas vistas espectaculares. Desde arriba, el barrio parece un tablero de juego lleno de colores.

Perderse por sus callejuelas, llenas de neones y carteles vintage, es toda una experiencia. Hay algo en el ambiente que te hace sentir como en una película antigua. Meterse en una sala de pachinko solo para ver qué es eso puede ser una experiencia aturdidora por el ruido, pero divertida. ¡Qué locura!

Museo de Historia de Osaka: conociendo el alma de la ciudad #

El Museo de Historia de Osaka es como un viaje a través del tiempo. Está organizado de una forma muy chula, con maquetas enormes que recrean cómo era la ciudad en diferentes épocas. Es alucinante ver cómo Osaka pasó de ser un pequeño asentamiento a la mega ciudad que es hoy.

La parte interactiva del museo es genial. Puedes probar a escribir con pinceles japoneses (más difícil de lo que parece) y hasta vestirte con ropas de diferentes épocas. Sales de allí sintiéndote como un auténtico experto en la historia de Osaka.

Templo Shitennoji: paz en medio del caos #

El Templo Shitennoji es como un refugio de paz en medio de la ciudad. Nada más cruzar la puerta, el ruido de la ciudad se apaga como por arte de magia.

La pagoda de cinco pisos es impresionante. Los jardines invitan a dar un paseo tranquilo, disfrutando del sonido del agua y el canto de los pájaros. Hay un estanque lleno de carpas de colores donde puedes tirar una moneda para pedir un deseo.

Sentarse un rato en silencio, observando cómo la gente local viene a rezar, es una experiencia muy especial. Hay algo en el ambiente, una mezcla de respeto y serenidad que te contagia. Sales de allí con las pilas recargadas.

Amerikamura: el Tokio de Osaka #

Amerikamura es como un pedacito de Tokio en Osaka. De repente, te ves rodeado de tiendas de moda, música a todo volumen y jóvenes con looks imposibles.

Curiosear en las tiendas de ropa vintage y las de música es muy divertido. Hay discos que ni sabías que existían. Sentarse en una de las plazas a hacer "people watching" es todo un espectáculo. Los peinados, la ropa, los grupos de amigos... es como estar viendo un desfile de moda en directo.

Tomar un café en una de las teterías monas del barrio, intentando parecer tan cool como los locales, es una experiencia divertida (aunque probablemente fracases en el intento).

Paseo por el río Yodo #

El río Yodo ofrece una perspectiva diferente de Osaka. De día o de noche, el paseo tiene su encanto.

Desde el puente Temmabashi, puedes ver cómo los rascacielos se reflejan en el agua. Las luces de los edificios crean un espectáculo precioso por la noche. Caminando río abajo, pasas por zonas más tranquilas donde puedes oír el sonido del agua.

En algunas zonas hay bares y restaurantes al aire libre. Sentarse en uno, pedir una cerveza y disfrutar de la brisa del río y el ambiente relajado es una forma genial de experimentar otra faceta de la ciudad.

Osaka te conquista con su mezcla de tradición y modernidad, su comida increíble y, sobre todo, su gente amable y llena de energía. Cada rincón de la ciudad ofrece una experiencia única, y no importa por dónde empieces a explorarla, seguro que acabarás deseando volver.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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