Milán, la segunda ciudad más grande de Italia, es un fascinante crisol de historia, arte y modernidad. Situada en el corazón de la región de Lombardía, esta metrópolis cosmopolita combina a la perfección su pasado medieval con su presente vanguardista.
Desde imponentes edificios históricos hasta innovadoras boutiques de moda, Milán ofrece una experiencia urbana única que cautiva a todo tipo de viajeros.
Piazza del Duomo #
El corazón palpitante de Milán es, sin duda, la Piazza del Duomo. Al llegar a esta plaza, lo primero que te deja sin aliento es la imponente fachada de la catedral. Con sus miles de agujas y estatuas, el Duomo parece desafiar las leyes de la gravedad.
Pasamos horas simplemente sentados en los escalones, observando el ir y venir de la gente. Turistas sacando fotos, milaneses apresurados camino al trabajo, y las inevitables bandadas de palomas que de vez en cuando alzan el vuelo creando una curiosa coreografía urbana.
Si tienes la oportunidad, te recomiendo subir a la terraza de la catedral. Las vistas de la ciudad son espectaculares, especialmente al atardecer cuando el sol baña de dorado los tejados de Milán.
Galleria Vittorio Emanuele II #
A un paso de la Piazza del Duomo se encuentra la Galleria Vittorio Emanuele II, un pasaje comercial que es toda una obra de arte en sí misma. Nada más entrar, tu mirada se eleva hacia la impresionante cúpula de cristal y hierro.
Recorrer la Galleria es como dar un paseo por la historia de la moda italiana. Aquí se encuentran las tiendas más exclusivas de Milán, pero no dejes que eso te intimide. Nosotros disfrutamos simplemente paseando y haciendo "window shopping", admirando los escaparates como si fueran obras de un museo.
Un consejo: busca el mosaico del toro en el suelo de la Galleria. La tradición dice que si giras sobre tu talón derecho tres veces sobre el... ejem, las partes nobles del animal, tendrás buena suerte. ¡No perdimos la oportunidad de intentarlo!
Castello Sforzesco #
El Castello Sforzesco es una imponente fortaleza que te transporta directamente a la Milán del Renacimiento. Sus gruesos muros de ladrillo rojo y sus torres almenadas son un recordatorio del poderío de los duques de Milán.
Lo que más nos sorprendió fue descubrir que el castillo alberga varios museos en su interior. Pasamos una tarde entera explorando las colecciones de arte, mobiliario antiguo y hasta instrumentos musicales. La Pietà Rondanini de Miguel Ángel, su última obra inacabada, nos dejó especialmente impresionados.
El castillo está rodeado de jardines donde los milaneses vienen a relajarse. Nos encantó ver cómo un lugar que alguna vez fue símbolo de poder militar ahora es un espacio de ocio y cultura para todos.
Navigli #
Si buscas el alma bohemia de Milán, tienes que visitar el barrio de Navigli. Este distrito, atravesado por canales, tiene un encanto especial que contrasta con la imagen más formal y elegante del centro de la ciudad.
Durante el día, los Navigli son perfectos para un paseo tranquilo. Las casas de colores reflejadas en el agua de los canales crean un ambiente casi veneciano. Pero es al caer la tarde cuando el barrio realmente cobra vida. Las terrazas se llenan de gente disfrutando del aperitivo, esa maravillosa costumbre italiana de tomar una copa acompañada de pequeños bocados.
Nosotros nos unimos a la tradición en uno de los muchos bares que bordean los canales. El spritz, ese cóctel de color naranja brillante, se ha convertido en nuestro recuerdo favorito de las noches milanesas.
Parco Sempione #
Cuando el bullicio de la ciudad se hace demasiado intenso, el Parco Sempione ofrece un remanso de paz en pleno centro de Milán. Este gran pulmón verde es el lugar perfecto para desconectar y recargar pilas.
Nos encantó tumbarnos en el césped observando a las familias milanesas disfrutar de su tiempo libre. Los domingos, el parque se llena de gente haciendo picnic, jugando al fútbol o simplemente paseando.
No te pierdas el Arco della Pace, una imponente estructura neoclásica que domina uno de los extremos del parque. Al atardecer, cuando la luz del sol se refleja en sus mármoles, ofrece una estampa digna de postal.
Santa Maria delle Grazie #
La iglesia de Santa Maria delle Grazie puede parecer modesta desde fuera, pero guarda uno de los mayores tesoros artísticos del mundo: "La Última Cena" de Leonardo da Vinci.
Conseguir entradas para ver el fresco no es fácil, hay que reservar con mucha antelación. Pero te aseguro que merece la pena. Los 15 minutos que te permiten estar en la sala pasan volando mientras intentas absorber cada detalle de esta obra maestra.
Lo que más nos impresionó fue la sensación de fragilidad que transmite la pintura. Los siglos no han sido amables con ella, y eso la hace aún más valiosa. Salimos de allí con la sensación de haber sido testigos de algo realmente único.
Brera #
El barrio de Brera es como un pequeño oasis en medio de la Milán más turística. Sus calles estrechas y adoquinadas, llenas de tiendas de artesanía, galerías de arte y cafés con encanto, invitan a perderse sin rumbo fijo.
Nosotros descubrimos Brera casi por casualidad, buscando un lugar para comer alejado de las zonas más concurridas. Y fue un hallazgo maravilloso. Acabamos en una pequeña trattoria donde probamos la mejor cotoletta alla milanese de nuestro viaje.
No dejes de visitar la Pinacoteca di Brera si te gusta el arte. Pero incluso si no entras, el simple hecho de pasear por estas calles ya es una experiencia en sí misma. Es como si el tiempo se hubiera detenido en un rincón de la Milán más auténtica.
Cimitero Monumentale #
Puede parecer una elección extraña para una visita turística, pero el Cimitero Monumentale es mucho más que un cementerio. Es un auténtico museo al aire libre, lleno de impresionantes esculturas y mausoleos.
Recorrer sus avenidas arboladas es como hacer un viaje por la historia de Milán. Cada tumba, cada escultura, cuenta la historia de una familia, de una época. Nos sorprendió la paz que se respira en este lugar, a pesar de estar en plena ciudad.
Una de las tumbas que más nos impactó fue la reproducción a tamaño real de La Última Cena de Leonardo da Vinci. Es como si el arte y la muerte se dieran la mano en este lugar único.
Corso Como #
Para terminar nuestro recorrido por Milán, nada mejor que Corso Como. Esta calle y sus alrededores representan perfectamente el espíritu más moderno y cosmopolita de la ciudad.
Durante el día, disfrutamos explorando tiendas de diseño y galerías de arte contemporáneo. Pero es por la noche cuando Corso Como realmente cobra vida. Los bares y restaurantes se llenan de gente guapa, y el ambiente se vuelve eléctrico.
Nosotros terminamos en la terraza de un bar, con un Negroni en la mano, observando el desfile de moda que es la vida nocturna milanesa. Fue el broche perfecto para nuestra visita a esta ciudad que nunca deja de sorprender.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
Últimos itinerarios publicados
Escribiendo sobre algunos de los sitios que he conocido a lo largo de estos años, y soñando con todo lo que aún me queda por viajar y descubrir
Descubre Bilbao
Bienvenido a mi Bilbao, una ciudad que reinventa su pasado industrial en un presente lleno de arte, sabor y sorpresas. Aquí encontrarás rutas, paseos y eventos tanto de Bilbao como de sus alrededores