Los Ángeles, la metrópolis del sur de California, es un crisol de culturas, estilos de vida y experiencias únicas. Esta ciudad, que se extiende desde las playas del Pacífico hasta las montañas de San Gabriel, ofrece una mezcla fascinante de glamour hollywoodiense, relajación playera y una vibrante escena artística y culinaria.

Prepárate para sumergirte en una aventura urbana que te llevará desde icónicos lugares de cine hasta rincones bohemios llenos de sorpresas.

Paseo por el Observatorio Griffith #

El Observatorio Griffith es, sin duda, uno de mis lugares favoritos en Los Ángeles. Situado en lo alto de las colinas de Griffith Park, ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad que te dejarán sin aliento. Lo mejor de todo es que la entrada es gratuita, así que puedes visitarlo tantas veces como quieras.

Recuerdo la primera vez que subí allí al atardecer. El cielo se tiñó de tonos anaranjados y rosados, creando un espectáculo de luces sobre el skyline de la ciudad. Dentro del observatorio, pasé horas explorando las exhibiciones sobre el cosmos y asistiendo a una presentación en el planetario (esto sí tiene un coste adicional, pero merece la pena).

Si te apetece una pequeña caminata, te recomiendo que subas por los senderos del parque. Es una forma estupenda de escapar del bullicio de la ciudad y conectar con la naturaleza, aunque sea por un ratito.

Paseo por Venice Beach #

Venice Beach es como un mundo aparte dentro de Los Ángeles. Este paseo marítimo es un desfile constante de personajes peculiares, artistas callejeros y deportistas que no dejan de sorprenderte a cada paso.

Me encanta sentarme en la arena y observar a los culturistas de Muscle Beach, los malabaristas, los patinadores y los artistas que pintan grafitis en directo. El ambiente es tan ecléctico y vibrante que te hace sentir como si estuvieras en medio de un espectáculo improvisado.

No te pierdas un paseo por los canales de Venice, a unas pocas calles de la playa. Es un oasis de tranquilidad con casas preciosas y puentes pintorescos. ¡Ah! Y si te apetece algo de comer, prueba los food trucks que se alinean en el paseo marítimo. Tienen de todo, desde tacos hasta helados veganos.

El Museo Getty #

El Museo Getty es una auténtica maravilla arquitectónica. Aunque llegar hasta allí puede ser un poco complicado (está en lo alto de una colina y hay que tomar un tranvía), te aseguro que el esfuerzo merece la pena. Lo mejor es que la entrada es gratuita, aunque hay que pagar por el aparcamiento si vas en coche.

Lo que más me impresionó la primera vez que lo visité fueron los jardines. Son tan hermosos y están tan bien cuidados que parece que estés en un oasis en medio de la ciudad. Pasé horas paseando entre las esculturas y disfrutando de las vistas panorámicas de Los Ángeles.

En cuanto a las colecciones, tienen de todo un poco: desde arte europeo hasta fotografía contemporánea. Mi consejo es que no intentes verlo todo en una sola visita. Tómate tu tiempo, disfruta de las exposiciones que más te llamen la atención y, sobre todo, no te olvides de hacer una pausa para tomar algo en la cafetería con vistas a la ciudad.

Caminata por el Paseo de la Fama de Hollywood #

Vale, ya sé que el Paseo de la Fama es probablemente el lugar más turístico de Los Ángeles, pero ¿cómo no incluirlo en la lista? Es parte de la esencia de la ciudad y, aunque puede estar abarrotado, siempre me divierte dar un paseo por allí.

Lo que más me gusta es ir temprano por la mañana, cuando las calles están más tranquilas y puedes tomarte tu tiempo para buscar las estrellas de tus celebridades favoritas. Es divertido ver cómo la gente se emociona al encontrar el nombre que buscaban o se hace fotos pisando las estrellas.

Un consejo: no te quedes solo en el paseo. Explora un poco los alrededores. El Teatro Chino de Grauman, por ejemplo, es precioso y tiene esas famosas huellas de las estrellas en el cemento. Y si te apetece algo diferente, date una vuelta por el museo Hollywood Museum, que está lleno de curiosidades sobre la historia del cine.

Atardecer en Santa Monica Pier #

El muelle de Santa Monica es otro de esos lugares icónicos de Los Ángeles que no me cansaría de visitar. Hay algo mágico en ver cómo el sol se pone sobre el Pacífico mientras la noria se ilumina y la música de los artistas callejeros flota en el aire.

Me encanta llegar un par de horas antes del atardecer y dar un paseo por la playa. Luego, subo al muelle y me compro un helado o un algodón de azúcar (sí, soy un poco goloso) y me siento a ver el espectáculo. Los colores del cielo reflejados en el agua son simplemente espectaculares.

Si te sientes con energía, puedes probar algunos de los juegos de la feria que hay en el muelle. Yo siempre acabo echando una partida al skee-ball, es mi debilidad. Y si te apetece cenar algo, hay varios restaurantes con terrazas con vistas al mar. ¡Ojo! Suelen estar bastante concurridos, así que mejor reservar con antelación.

Explorar el Arts District #

El Arts District es como el patio de recreo de los artistas en Los Ángeles. Este barrio, antes industrial, se ha transformado en un hervidero de creatividad con murales enormes, galerías de arte y cafeterías hipsters.

Lo que más me gusta de este barrio es que cada vez que voy descubro algo nuevo. Un día puede ser un mural recién pintado, otro día una tienda vintage que no había visto antes. Me encanta perderme por sus calles y dejarme sorprender.

Un lugar que no te puedes perder es el Hauser & Wirth, una galería de arte contemporáneo que ocupa un antiguo molino de harina. Tienen exposiciones increíbles y un jardín precioso donde puedes sentarte a tomar algo. Y si te apetece probar una cerveza artesana, hay varias cervecerías en la zona que merecen la pena.

Picnic en el Lago Echo Park #

Echo Park es uno de esos barrios que ha pasado de ser un poco cutre a convertirse en uno de los más de moda de la ciudad. Y en el corazón del barrio está el lago Echo Park, un oasis urbano perfecto para pasar una tarde tranquila.

Me encanta comprar algo para picar en alguno de los cafés de la zona (hay opciones para todos los gustos, desde tacos hasta sándwiches veganos) y sentarme en el césped junto al lago. Ver a la gente paseando, los patos nadando y las fuentes en el centro del lago es muy relajante.

Si te apetece algo más activo, puedes alquilar una de esas divertidas barcas con forma de cisne y dar una vuelta por el lago. Es un poco cursi, pero muy divertido. Y si vas en fin de semana, suele haber un pequeño mercadillo de agricultores donde puedes comprar fruta fresca y otros productos locales.

Caminata por Runyon Canyon #

Para los amantes del senderismo (o simplemente para quienes quieren escapar un poco del asfalto), Runyon Canyon es el lugar perfecto. Este parque, situado en pleno Hollywood Hills, ofrece varias rutas de diferentes niveles de dificultad.

La vez que fui, opté por la ruta más fácil y aun así acabé sudando la gota gorda. Pero las vistas de la ciudad desde arriba son espectaculares. Se ve todo Los Ángeles extendido ante ti, desde el Downtown hasta el océano (si el smog lo permite, claro).

Lo que más me gusta de Runyon Canyon es la mezcla de gente que te encuentras. Hay desde locales haciendo su rutina diaria de ejercicio hasta turistas buscando el cartel de Hollywood. Y sí, de vez en cuando te cruzas con alguna celebridad haciendo footing. ¡Ah! Y no te olvides de llevar agua, hace mucho calor y hay pocos puntos de sombra.

Atardecer en el Muelle de Hermosa Beach #

Alejándonos un poco del centro de Los Ángeles, Hermosa Beach es un pueblecito costero que merece la pena visitar, sobre todo al atardecer. El muelle de Hermosa Beach es menos conocido que el de Santa Monica, pero tiene un encanto especial.

Te propongo llegar un par de horas antes del atardecer, alquilar una bici y recorrer el paseo marítimo que conecta Hermosa Beach con Manhattan Beach. Es un paseo precioso, con el océano a un lado y casas de ensueño al otro.

Luego, me siento en el muelle a ver cómo el sol se pone sobre el Pacífico. El ambiente es mucho más relajado que en Santa Monica, con pescadores locales, parejas paseando y surfistas regresando después de coger las últimas olas del día. Y si te apetece cenar algo, Pier Avenue, justo al lado del muelle, está llena de restaurantes y bares con mucho ambiente.