Lisboa, la ciudad de las siete colinas, es un destino que enamora a primera vista. Con su mezcla única de tradición y modernidad, esta urbe a orillas del Tajo te transporta a un mundo donde el tiempo parece detenerse.
Sus callejuelas empedradas, los tranvías amarillos y el aroma a sardinas asadas crean una atmósfera inigualable que invita a perderse y descubrir sus secretos.
Mirador de Santa Luzia #
Este precioso mirador es uno de mis rincones favoritos de Lisboa. Ubicado en el barrio de Alfama, ofrece unas vistas espectaculares del río Tajo y de los tejados de la ciudad vieja. Lo que más me gusta es sentarme en uno de sus bancos de azulejos y contemplar cómo cambia la luz sobre el agua a medida que avanza el día.
El mirador está decorado con hermosos azulejos que cuentan historias de la ciudad, y su pérgola cubierta de buganvillas es el marco perfecto para una foto memorable. Si tienes suerte, como me pasó en mi última visita, podrás escuchar a algún fadista callejero amenizando la tarde con su música melancólica.
Tranvía 28 #
Subirse al icónico tranvía 28 es como hacer un viaje en el tiempo por Lisboa. Este recorrido serpenteante te lleva por algunos de los barrios más pintorescos de la ciudad, como Graça, Alfama y Baixa. Lo que más me fascina es cómo el tranvía se desliza por calles tan estrechas que parece imposible que quepa.
Durante el trayecto, no puedo evitar imaginarme cómo era la vida en Lisboa hace un siglo, cuando estos tranvías eran el principal medio de transporte. Mi consejo es que intentes cogerlo temprano por la mañana o al atardecer para evitar las aglomeraciones de turistas. Y no te olvides de estar atento a los carteristas, que aprovechan el barullo para hacer de las suyas.
Castillo de San Jorge #
Encaramado en lo alto de una de las colinas de Lisboa, el Castillo de San Jorge es un testimonio de la historia milenaria de la ciudad. Aunque la entrada es de pago, vale la pena cada céntimo. Lo que más me impresiona cada vez que lo visito son sus murallas, desde las que se disfruta de una panorámica de 360 grados de Lisboa.
Me encanta pasear por sus jardines y observar a los pavos reales que deambulan libremente por el recinto. Si eres un apasionado de la historia como yo, no te pierdas la cámara oscura en la Torre de Ulises, donde podrás ver proyecciones en tiempo real de la ciudad. Mi momento favorito es el atardecer, cuando las piedras del castillo se tiñen de dorado y la ciudad se extiende a tus pies como un mar de tejados rojos.
Barrio de Alfama #
Perderse por las callejuelas del barrio de Alfama es una de las experiencias más auténticas que puedes vivir en Lisboa. Este laberinto de calles estrechas y empinadas es el corazón del Lisboa más tradicional. Lo que más me gusta es descubrir pequeños patios escondidos y escaleras secretas que parecen sacadas de un cuento.
El ambiente en Alfama es único: ropa tendida entre los balcones, ancianas charlando en las puertas de sus casas y el olor a bacalao que sale de las tascas tradicionales. Si visitas Lisboa en junio, no te pierdas las fiestas de San Antonio, cuando todo el barrio se llena de vida, música y sardinhas asadas. Mi recomendación es que te dejes llevar sin un rumbo fijo, es la mejor manera de descubrir la esencia de Alfama.
Elevador de Santa Justa #
Este ascensor de hierro forjado es una auténtica joya de la ingeniería del siglo XIX. Diseñado por un discípulo de Gustave Eiffel, conecta la Baixa con el Barrio Alto. Aunque la cola para subir puede ser larga, la de bajada suele ser mucho más contenida y te da la misma experiencia. Lo que más me impresiona es la vista que se obtiene desde la plataforma superior.
Desde allí, puedes admirar los tejados de la Baixa, el Castillo de San Jorge y, en días claros, hasta el río Tajo. Mi consejo es que subas al atardecer, cuando la luz dorada baña la ciudad y las farolas comienzan a encenderse. Es un momento mágico que siempre me deja sin aliento.
Praça do Comércio #
Esta majestuosa plaza junto al río Tajo es el corazón de la Lisboa histórica. Lo que más me impresiona cada vez que la visito es su inmensidad y la sensación de apertura que transmite después de pasear por las calles estrechas del centro. El arco triunfal que da entrada a la Rua Augusta es simplemente espectacular.
Me encanta sentarme en uno de los cafés de la plaza y observar el ir y venir de la gente, con el río de fondo y las gaviotas sobrevolando la estatua ecuestre de José I. Si tienes la oportunidad, no te pierdas la puesta de sol desde aquí. Ver cómo el cielo se tiñe de naranja y rosa sobre el Tajo es un espectáculo que nunca olvidarás.
LX Factory #
Para experimentar el lado más moderno y creativo de Lisboa, nada mejor que una visita a LX Factory. Este antiguo complejo industrial reconvertido en un hub cultural es uno de mis lugares favoritos en la ciudad. Lo que más me gusta es su ambiente alternativo y la mezcla de tiendas, cafés, restaurantes y espacios artísticos.
Cada vez que voy, descubro algo nuevo: desde una librería instalada en una antigua imprenta hasta murales de street art impresionantes. No dejes de subir a la azotea del edificio principal para disfrutar de unas vistas únicas del puente 25 de Abril. Y si eres un amante del café como yo, no te pierdas la oportunidad de probar uno de los mejores de la ciudad en la cafetería Wish.
Parque Eduardo VII #
Este extenso parque en el corazón de Lisboa es el pulmón verde de la ciudad y un oasis de tranquilidad en medio del bullicio urbano. Lo que más me gusta es tumbarme en el césped en un día soleado y observar el cielo azul entre las copas de los árboles. Desde la parte alta del parque, las vistas de la ciudad y del río son espectaculares.
No dejes de visitar el invernadero frío, un precioso edificio de hierro y cristal que alberga plantas exóticas de todo el mundo. En verano, el parque se llena de vida con conciertos al aire libre y festivales. Mi momento favorito es al atardecer, cuando las luces de la ciudad comienzan a encenderse y el parque se tiñe de tonos dorados.
Mercado da Ribeira (Time Out Market) #
Para los amantes de la gastronomía como yo, el Mercado da Ribeira es una parada obligatoria. Este antiguo mercado reconvertido en un food court gourmet es el lugar perfecto para probar lo mejor de la cocina portuguesa en un ambiente animado y cosmopolita. Lo que más me gusta es la variedad de opciones, desde platos tradicionales hasta propuestas más innovadoras.
Mi consejo es que vayas con hambre y tiempo, porque querrás probarlo todo. No te pierdas los pastéis de bacalhau, las ostras frescas o el arroz de marisco. Y por supuesto, termina con un delicioso pastel de nata. El ambiente es bullicioso y animado, especialmente los fines de semana, así que prepárate para sumergirte en una experiencia gastronómica única.
Mirador de la Senhora do Monte #
Para terminar nuestro recorrido por Lisboa, te llevo a mi mirador favorito de la ciudad: el de la Senhora do Monte. Ubicado en lo alto del barrio de Graça, ofrece una vista panorámica de 360 grados que te dejará sin aliento. Lo que más me emociona cada vez que subo es ver cómo toda la ciudad se extiende a mis pies, desde el Castillo de San Jorge hasta el puente 25 de Abril.
Este mirador es menos conocido que otros más turísticos, lo que le da un encanto especial. Me encanta subir al atardecer, cuando el sol se pone sobre el Tajo y la ciudad se tiñe de tonos dorados y rosados. Es el lugar perfecto para reflexionar sobre todo lo que has visto y vivido en Lisboa, y para despedirte de esta ciudad mágica prometiendo volver pronto.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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