Lerma es una pequeña localidad en la provincia de Burgos que te transporta al Siglo de Oro español con solo poner un pie en sus calles empedradas. Conocida por su impresionante conjunto arquitectónico, especialmente su Plaza Mayor y su Palacio Ducal, Lerma también ofrece una atmósfera relajada, ideal para desconectar y disfrutar de la serenidad de la meseta castellana.
Aunque no es tan conocida como otras ciudades históricas, su carácter tranquilo y sus tesoros ocultos la convierten en una parada imprescindible para quienes buscan una experiencia más auténtica.
Aquí tienes 10 visitas que considero esenciales para captar la esencia de Lerma:
1. Plaza Mayor de Lerma #
La Plaza Mayor es, sin duda, el corazón de Lerma. Esta gigantesca explanada empedrada es una de las más grandes de España y está rodeada de edificios históricos. No solo impresiona por su tamaño, sino por la sobriedad de la arquitectura que la rodea, destacando el Palacio Ducal, que fue construido para el Duque de Lerma, favorito del rey Felipe III.
La primera vez que la vi, me sorprendió su serenidad. No es una plaza bulliciosa, sino un lugar que invita a detenerse, mirar alrededor y respirar la historia. Recuerdo sentarme en una de las terrazas, con un café en la mano, observando cómo la luz cambiaba el tono de la piedra, y me di cuenta de que estaba en un lugar donde cada edificio tenía una historia por contar.
2. Convento de San Blas #
Este convento, que parece discreto desde fuera, guarda un interior lleno de encanto. Fundado por el Duque de Lerma, este monasterio sigue habitado por monjas de clausura, y aunque no se puede recorrer todo el recinto, la iglesia está abierta al público. El retablo mayor es realmente impresionante, una obra barroca que contrasta con la sencillez exterior del convento.
Una visita aquí es una oportunidad para entender cómo la vida monástica sigue viva en lugares como Lerma. Además, si tienes suerte, puedes comprar dulces hechos por las monjas a través del torno, lo cual es siempre una experiencia curiosa.
3. Pasadizo Ducal #
Una de las curiosidades arquitectónicas de Lerma es el Pasadizo Ducal, un pasaje elevado que conectaba el Palacio Ducal con la Colegiata de San Pedro. Esta construcción permitía al Duque de Lerma y a su corte asistir a misa sin tener que mezclarse con el pueblo. Aunque hoy en día no se puede recorrer el pasadizo como tal, es interesante verlo desde fuera y entender la dimensión del poder que tenían los duques.
El pasadizo es uno de esos detalles que puedes pasar por alto si no conoces la historia. A mí me resultó fascinante pensar en cómo la nobleza vivía casi en una burbuja, aislada del resto del mundo. Desde la plaza, puedes ver claramente el arco que conecta ambos edificios, un recuerdo silencioso de esa época.
4. Mirador de los Arcos #
Uno de los rincones más tranquilos de Lerma es el Mirador de los Arcos. Desde aquí tienes una vista preciosa de la vega del río Arlanza y los campos que rodean la villa. En días claros, el horizonte se extiende hasta donde alcanza la vista, y el paisaje castellano se despliega en todo su esplendor.
Es un lugar perfecto para detenerse un rato y simplemente contemplar. Me gusta venir aquí después de un paseo por el casco histórico, sentarme en uno de los bancos y disfrutar del silencio, roto solo por el viento y, ocasionalmente, por el repicar de las campanas de la Colegiata. Es un lugar donde realmente puedes desconectar.
5. Monasterio de la Ascensión de Nuestro Señor #
Este monasterio de clausura es otro de los lugares interesantes de Lerma. Aunque solo se puede acceder a la iglesia, merece la pena asomarse para ver su interior barroco, que esconde más de lo que parece desde el exterior. Las monjas jerónimas que lo habitan llevan una vida de reclusión, pero es posible comprar algunos de sus productos artesanales, como dulces y licores.
Siempre que visito lugares como este, siento una mezcla de admiración y curiosidad. Es como un pequeño mundo aparte, donde el tiempo parece haberse detenido. Aunque la visita es breve, la paz que se respira en la iglesia es algo que siempre me deja una sensación de serenidad.
6. Colegiata de San Pedro #
La Colegiata de San Pedro es otro de los grandes monumentos de Lerma. Fue construida a instancias del Duque de Lerma y es una muestra magnífica de la arquitectura religiosa de la época. Lo que más me gusta de esta iglesia es su austeridad, típica del estilo herreriano, y cómo contrasta con el detallado retablo que adorna el altar mayor.
En una de mis visitas, tuve la oportunidad de entrar durante una misa y, aunque no soy muy religiosa, me sorprendió la solemnidad del ambiente. El eco de las voces en los amplios espacios de la colegiata añadía un toque casi místico a la experiencia.
7. El Parque del Arlanza #
Lerma no es solo historia y monumentos, también tiene espacios naturales como el Parque del Arlanza, que se encuentra junto al río que lleva el mismo nombre. Este parque es ideal para quienes quieran disfrutar de un paseo tranquilo, rodeado de vegetación y con el sonido del agua de fondo. A menudo, es un lugar donde los habitantes de la villa vienen a pasear a sus perros o hacer algo de ejercicio.
Recuerdo una tarde especialmente relajante, paseando por sus senderos. El ambiente era fresco y pacífico, y me encantó cómo, en pleno centro de la meseta, este rincón verde proporcionaba un respiro de la arquitectura de piedra que domina Lerma.
8. Arco de la Cárcel #
El Arco de la Cárcel es una de las antiguas puertas de acceso a la villa. Hoy en día, es más un elemento decorativo que defensivo, pero al pasar bajo sus arcos puedes imaginar cómo era la vida en una ciudad fortificada. Es un buen punto de partida para comenzar un recorrido por el casco antiguo de Lerma.
Me gusta siempre iniciar mi paseo por Lerma desde este punto, porque te da una idea clara de cómo estaba estructurada la villa en sus tiempos de mayor esplendor. Además, desde aquí se pueden ver algunos de los edificios más antiguos de la localidad.
9. Monasterio de Santa Teresa #
Aunque este monasterio suele pasar desapercibido para muchos visitantes, es un lugar interesante por su historia. Fundado por el Duque de Lerma para las carmelitas descalzas, sigue siendo una comunidad de clausura. Aunque no se puede visitar por dentro, la iglesia está abierta y es un buen lugar para una parada tranquila en medio del recorrido.
La iglesia es sencilla, pero tiene un aire de recogimiento que me gusta mucho. No es tan espectacular como otros edificios de Lerma, pero a veces es en estos lugares más humildes donde se encuentra la verdadera esencia de la espiritualidad.
10. Camino de las Ermitas #
Este es un recorrido que te lleva a descubrir varias pequeñas ermitas situadas en las afueras de Lerma. Son construcciones sencillas, muchas de ellas solitarias en el paisaje castellano, pero tienen un encanto especial. El camino es una forma diferente de explorar los alrededores de la villa y disfrutar de la tranquilidad del campo.
Hice este paseo una mañana fresca y fue uno de los momentos más relajantes de mi visita. Las ermitas, algunas de ellas en ruinas, te conectan con el pasado rural de la región. El recorrido no es muy exigente, y es una buena forma de terminar una estancia en Lerma con una caminata tranquila.
Lerma es una de esas localidades donde cada rincón cuenta una historia. Aunque pequeña, su patrimonio histórico y su ambiente sosegado hacen de ella un destino perfecto para una escapada tranquila, donde lo antiguo y lo moderno coexisten de manera natural.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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