Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, se despliega majestuosamente sobre las laderas del Monte Carmelo, ofreciendo una panorámica espectacular del Mar Mediterráneo. Esta urbe cosmopolita, con su mezcla única de culturas y religiones, es un testimonio vivo de la convivencia pacífica entre distintas comunidades.
Desde sus impresionantes jardines colgantes hasta sus playas doradas, Haifa invita a los viajeros a sumergirse en una experiencia rica en historia, naturaleza y modernidad.
Jardines Bahaí #
Los Jardines Bahaí son, sin duda, el corazón palpitante de Haifa. Nada más poner un pie en ellos, te quedas boquiabierto ante la perfección de sus terrazas escalonadas que descienden por la ladera del Monte Carmelo. El verde intenso de la vegetación contrasta con el blanco impoluto de los senderos de mármol, creando una estampa que parece salida de un cuento de hadas.
Recorrer estos jardines es una experiencia casi mística. El silencio que reina en el ambiente, solo interrumpido por el suave murmullo de las fuentes, te invita a la reflexión y la paz interior. Desde la cima, las vistas de la bahía de Haifa son sencillamente espectaculares, especialmente al atardecer, cuando el sol se hunde en el Mediterráneo tiñendo el cielo de tonos anaranjados.
Paseo por la Colonia Alemana #
Dar un paseo por la Colonia Alemana es como hacer un viaje en el tiempo. Este barrio, fundado por los Templer alemanes en el siglo XIX, conserva un encanto único con sus casas de piedra y sus calles adoquinadas. Me encanta perderme por sus callejuelas, admirando la arquitectura de otro tiempo y descubriendo pequeños cafés y tiendas de artesanía.
La calle Ben Gurion es el eje central de este barrio y está llena de vida. Aquí encontrarás algunos de los mejores restaurantes de Haifa, donde puedes degustar desde platos típicos israelíes hasta cocina internacional. Una tarde perfecta en la Colonia Alemana consiste en tomar un café en una de sus terrazas y observar el ir y venir de la gente, una mezcla fascinante de locales y turistas.
Playa de Dado #
Después de tanto paseo urbano, nada como un chapuzón en el Mediterráneo. La playa de Dado es mi favorita en Haifa. Es una playa urbana, sí, pero tiene ese encanto especial de las costas mediterráneas. La arena es fina y dorada, y el agua tiene ese tono turquesa que invita a sumergirse sin pensarlo dos veces.
Lo que más me gusta de esta playa es su ambiente relajado. Verás a familias locales disfrutando del sol, jóvenes jugando al voleibol y grupos de amigos haciendo barbacoas al atardecer. Si te apetece algo más activo, puedes alquilar una tabla de paddle surf o apuntarte a una clase de yoga en la playa. Y no te preocupes si te entra hambre, hay varios chiringuitos donde puedes picar algo típico como una ensalada israelí o un delicioso falafel.
Monasterio de Stella Maris #
En lo alto del Monte Carmelo, el Monasterio de Stella Maris se alza como un faro de espiritualidad. Nada más entrar, te envuelve una sensación de paz y recogimiento. La iglesia, con sus impresionantes pinturas murales y su cúpula decorada, es un verdadero tesoro artístico.
Pero lo que realmente me cautiva de este lugar es su historia. Los carmelitas han estado presentes en este monte desde el siglo XII, y se respira esa continuidad histórica en cada rincón. No dejes de visitar la cueva de Elías, situada bajo el altar mayor. Según la tradición, aquí se refugió el profeta Elías, y aún hoy es un lugar de peregrinación para fieles de distintas religiones.
Las vistas desde el mirador del monasterio son simplemente espectaculares. En un día claro, puedes ver toda la bahía de Haifa extendiéndose a tus pies. Es el lugar perfecto para hacer una pausa, sentarse en un banco y simplemente contemplar la belleza del paisaje.
Museo de Arte de Haifa #
Para los amantes del arte, el Museo de Arte de Haifa es una parada obligatoria. Lo que más me gusta de este museo es su enfoque en el arte israelí contemporáneo, aunque también cuenta con una interesante colección de arte internacional. El edificio en sí ya es una obra de arte, con su diseño moderno y minimalista que contrasta con las antiguas construcciones de la zona.
Una de mis salas favoritas es la dedicada a la fotografía israelí. Es fascinante ver cómo los artistas locales capturan la compleja realidad de su país a través del lente. También me encanta la sección de esculturas al aire libre, donde puedes disfrutar del arte mientras te das un paseo bajo el sol mediterráneo.
El museo organiza regularmente exposiciones temporales muy interesantes, así que siempre vale la pena echar un vistazo a su programa. Y si vas con niños, tienen unos talleres creativos geniales que seguro les encantarán.
Teleférico de Haifa #
Subir al teleférico de Haifa es una experiencia que no te puedes perder. El trayecto es corto, apenas unos minutos, pero las vistas son impresionantes. A medida que asciendes por la ladera del Monte Carmelo, ves cómo la ciudad se despliega ante tus ojos, con el mar Mediterráneo como telón de fondo.
Lo mejor es ir al atardecer, cuando el sol comienza a hundirse en el horizonte y la ciudad se tiñe de tonos dorados. Es un momento mágico que te deja sin palabras. Arriba, en la estación superior, hay una terraza mirador desde donde puedes seguir disfrutando de las vistas mientras tomas un café o un refresco.
Mercado Talpiot #
Si quieres sumergirte de lleno en la vida local de Haifa, no hay mejor lugar que el Mercado Talpiot. Este mercado cubierto es un festín para los sentidos. Nada más entrar, te envuelven los aromas de las especias, el bullicio de los vendedores y el colorido de los puestos de frutas y verduras.
Me encanta pasear por sus pasillos, probando las aceitunas que te ofrecen los vendedores, admirando la variedad de quesos y encurtidos, y dejándome tentar por los dulces típicos como la baklava. Si te gusta cocinar, este es el lugar perfecto para comprar ingredientes frescos y de calidad.
Pero el Mercado Talpiot no es solo un lugar para comprar. Es un punto de encuentro donde los locales se reúnen a tomar un café, charlar y ponerse al día. Siéntate en uno de los pequeños cafés del mercado, pide un café turco y disfruta observando el ir y venir de la gente. Es una experiencia fascinante que te acerca a la vida cotidiana de Haifa.
Wadi Nisnas #
Adentrarse en el barrio de Wadi Nisnas es como hacer un viaje a través de la diversidad cultural de Haifa. Este pintoresco barrio árabe es un laberinto de callejuelas estrechas, casas de piedra y pequeñas tiendas que parecen sacadas de otro tiempo. Lo que más me gusta es su ambiente acogedor y la hospitalidad de sus habitantes.
Un paseo por Wadi Nisnas es una experiencia para todos los sentidos. El aroma del café árabe y las especias te guía por sus calles, mientras que los colores vivos de los murales y las obras de arte callejero capturan tu mirada. No dejes de probar las delicias locales en alguna de sus panaderías tradicionales. El knafeh, un postre de queso y fideos de pasta kataifi bañado en almíbar, es simplemente delicioso.
Si tienes la suerte de visitar Haifa en diciembre, no te pierdas el Festival de las Fiestas en Wadi Nisnas. Es una celebración única donde las tres religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo e islam- festejan juntas sus fiestas de invierno. Es un hermoso ejemplo de la convivencia y el respeto mutuo que caracteriza a Haifa.
Paseo marítimo de Bat Galim #
Para terminar nuestro recorrido por Haifa, nada mejor que un paseo por el malecón de Bat Galim. Este barrio costero tiene un encanto especial, con su mezcla de edificios antiguos y modernos frente al mar. El paseo marítimo es perfecto para una caminata relajada o para sentarse en un banco a contemplar el horizonte.
Lo que más me gusta de este lugar es su ambiente relajado y familiar. Verás a gente haciendo jogging, paseando a sus perros o simplemente disfrutando del sol. Si te gusta el surf, estás de suerte: Bat Galim es conocido por sus buenas olas y hay varias escuelas donde puedes tomar clases.
Al atardecer, el paseo cobra vida con los locales que salen a tomar el fresco. Es el momento perfecto para sentarse en uno de los cafés frente al mar, pedir una cerveza local y disfrutar de la puesta de sol. No se me ocurre una mejor manera de despedirse de Haifa que contemplando cómo el sol se hunde en el Mediterráneo, tiñendo el cielo de rojo y naranja. Es un espectáculo que resume perfectamente la belleza natural y la atmósfera relajada de esta maravillosa ciudad.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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