Eindhoven, una ciudad que a primera vista podría parecer poco llamativa, esconde una energía vibrante y un espíritu innovador que cautiva a cualquier viajero curioso.
Esta urbe del sur de los Países Bajos ha sabido reinventarse, pasando de ser una pequeña villa a convertirse en un centro neurálgico de tecnología y diseño. Su historia está intrínsecamente ligada a la empresa Philips, pero hoy en día Eindhoven es mucho más que eso. Es un lugar donde el arte, la ciencia y la creatividad se dan la mano en cada esquina. Y hace años tuve la oportunidad de vivir en ella durante varios meses.
Plaza 18 de septiembre #
La Plaza 18 de septiembre es el corazón palpitante de Eindhoven. Aquí, el bullicio de la ciudad se mezcla con la historia y la modernidad. Lo primero que llama la atención es la imponente iglesia de Santa Catalina, con su característica torre de ladrillo rojo que se alza majestuosa sobre la plaza.
Pero lo que realmente me cautivó de este lugar fue la vida que se respira. En los días soleados, la plaza se llena de terrazas donde locales y turistas disfrutan de un café o una cerveza mientras observan el ir y venir de la gente. Los sábados, el mercado semanal transforma el espacio en un colorido bazar donde puedes encontrar desde quesos locales hasta curiosas antigüedades.
Strijp-S #
Strijp-S es el ejemplo perfecto de cómo Eindhoven ha sabido reinventarse. Este antiguo complejo industrial de Philips se ha transformado en un vibrante barrio cultural y creativo que no puedes dejar de visitar. Nada más llegar, te sorprenderá el contraste entre los imponentes edificios de ladrillo y las modernas intervenciones artísticas.
Pasear por Strijp-S es como adentrarse en un mundo donde el pasado y el futuro se dan la mano. En cada rincón encontrarás estudios de artistas, tiendas de diseño, restaurantes de moda y espacios de coworking. Me encantó descubrir el Ontdekfabriek, un taller donde niños y adultos pueden dar rienda suelta a su creatividad con todo tipo de herramientas y materiales.
Lo mejor es que Strijp-S está en constante evolución. Cada vez que lo visito, descubro algo nuevo: un mural recién pintado, una exposición temporal o un nuevo local que acaba de abrir sus puertas. Es un lugar que invita a perderse y dejarse sorprender.
Parque Genneper #
Si buscas un respiro de la ciudad, el Parque Genneper es tu destino. Este extenso parque natural a las afueras de Eindhoven es el pulmón verde de la ciudad y un auténtico oasis de tranquilidad. Nada más entrar, el bullicio urbano queda atrás y te encuentras rodeado de prados, bosques y arroyos.
Lo que más me gusta de Genneper es su versatilidad. Puedes simplemente tumbarte en el césped a leer un libro, dar un paseo en bicicleta por sus senderos o incluso visitar la granja ecológica que se encuentra dentro del parque. Si tienes suerte, podrás ver a los voluntarios trabajando la tierra o cuidando de los animales.
En verano, el parque cobra vida con picnics familiares y grupos de amigos jugando al frisbee. Y si te apetece algo más activo, hay instalaciones deportivas donde puedes practicar desde tenis hasta atletismo.
Van Abbemuseum #
El Van Abbemuseum es una visita obligada para los amantes del arte moderno y contemporáneo. Desde fuera, el edificio puede parecer poco llamativo, pero una vez dentro te espera una de las colecciones más importantes de Europa. Lo que más me impresiona de este museo es cómo combina obras icónicas de artistas como Picasso o Kandinsky con exposiciones temporales de artistas emergentes.
Una de las cosas que más disfruto es cómo el museo invita a la interacción. No es raro encontrarte con instalaciones que puedes tocar o incluso modificar. Recuerdo especialmente una exposición donde los visitantes podíamos crear nuestras propias obras de arte digital que luego se proyectaban en las paredes del museo.
Si vas con tiempo, te recomiendo que te apuntes a una de las visitas guiadas. Los guías son apasionados del arte y siempre tienen anécdotas fascinantes sobre las obras y los artistas que no encontrarás en ninguna audioguía.
Mercado de Woensxl #
Los sábados por la mañana, el barrio de Woensel se transforma con la llegada del mercado semanal más grande de los Países Bajos. El Mercado de Woensxl es una explosión de colores, olores y sabores que no te puedes perder. Desde el momento en que llegas, te envuelve el aroma del pan recién horneado y las especias exóticas.
Lo que más me gusta de este mercado es su autenticidad. No es un mercado pensado para turistas, sino el lugar donde los locales hacen su compra semanal. Aquí encontrarás de todo: desde frutas y verduras frescas hasta ropa, flores y curiosidades. Mi parada favorita es siempre el puesto de quesos, donde puedes probar decenas de variedades diferentes antes de decidirte.
Pero el mercado de Woensxl es mucho más que un lugar para hacer la compra. Es un punto de encuentro social donde los eindhoveníes se reúnen para charlar, tomar un café o disfrutar de alguna de las delicias callejeras que ofrecen los food trucks. Si quieres sumergirte en la vida local, no hay mejor lugar que este.
PSV Stadion #
Aunque no seas un fanático del fútbol, el PSV Stadion merece una visita. Este estadio, hogar del PSV Eindhoven, uno de los equipos más importantes de los Países Bajos, es mucho más que un recinto deportivo. Es un símbolo de la ciudad y un lugar cargado de historia y pasión.
Lo que más me impresionó en mi visita fue el tour por el estadio. Recorrer los vestuarios, salir al campo por el túnel de jugadores y sentarse en el banquillo te hace sentir, por un momento, como una estrella del fútbol. Los guías, muchos de ellos antiguos jugadores o empleados del club, comparten anécdotas fascinantes que no encontrarías en ningún libro de historia.
Incluso si no coincide con un día de partido, los alrededores del estadio siempre tienen un ambiente especial. Los aficionados se reúnen en los bares cercanos para hablar de fútbol, y la tienda oficial del club es un paraíso para los amantes del merchandising deportivo.
Evoluon #
El Evoluon es uno de esos edificios que no puedes dejar de mirar. Su forma de platillo volante lo convierte en uno de los símbolos más reconocibles de Eindhoven. Originalmente construido como un museo de ciencia y tecnología por Philips, hoy en día es un centro de conferencias y eventos.
Aunque no siempre está abierto al público, vale la pena acercarse aunque solo sea para admirar su arquitectura futurista desde el exterior. Los jardines que lo rodean son un lugar perfecto para hacer un picnic o simplemente sentarse a contemplar este extraordinario edificio.
Si tienes suerte y coincide con un evento abierto al público, no dudes en entrar. El interior es tan impresionante como el exterior, con su enorme cúpula central que parece sacada de una película de ciencia ficción.
DAF Museum #
Para los aficionados a los coches y la ingeniería, el DAF Museum es una parada obligatoria. DAF, una empresa local de camiones y coches, ha sido parte integral de la historia de Eindhoven, y este museo lo refleja a la perfección.
Lo que más me gustó de mi visita fue ver la evolución de la industria automotriz a través de los años. Desde los primeros prototipos hasta los modernos camiones, cada vehículo cuenta una historia. Me sorprendió especialmente la sección dedicada a los coches DAF de competición, ¡no tenía ni idea de que esta marca local hubiera participado en rallies internacionales!
El museo no es muy grande, pero está lleno de detalles interesantes. Los voluntarios que lo gestionan son auténticos apasionados y siempre están dispuestos a compartir anécdotas y curiosidades sobre los vehículos expuestos.
PreHistorisch Dorp #
Termino nuestro recorrido por Eindhoven con una visita sorprendente: el PreHistorisch Dorp. Este "pueblo prehistórico" es una recreación al aire libre de cómo era la vida en los Países Bajos desde la Edad de Piedra hasta la Edad Media. Puede sonar un poco kitsch, pero te aseguro que es una experiencia fascinante.
Lo que hace especial a este lugar es su enfoque interactivo. No te limitas a ver recreaciones, sino que puedes participar en actividades como hacer fuego al estilo prehistórico, tejer como en la Edad de Bronce o acuñar monedas medievales. Los "habitantes" del pueblo, vestidos con ropas de época, te explican cómo era la vida cotidiana en cada periodo.
Mi parte favorita fue la zona dedicada a la Edad Media. Ver cómo funcionaba un molino de viento o cómo se forjaban las herramientas te hace apreciar lo mucho que ha avanzado la tecnología. Y si vas con niños, te aseguro que no querrán irse: hay talleres y actividades pensadas especialmente para ellos.
Juanjo Marcos
Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.
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