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Burdeos

El tesoro arquitectónico del suroeste francés

Burdeos

Burdeos, capital de la región de Nueva Aquitania, es una ciudad que cautiva a primera vista. Con su elegante arquitectura del siglo XVIII, sus amplias avenidas y su refinada atmósfera, esta urbe a orillas del río Garona ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y, por supuesto, el placer de degustar algunos de los mejores vinos del mundo.

Prepárate para sumergirte en el encanto de esta perla francesa que ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Place de la Bourse y el Miroir d'Eau #

El corazón palpitante de Burdeos te dejará sin aliento. La Place de la Bourse, con su majestuosa arquitectura del siglo XVIII, es un testimonio del esplendor de la ciudad en su época dorada. Pero lo que realmente roba el protagonismo es el Miroir d'Eau, un ingenioso espejo de agua que refleja la fachada de los edificios creando un espectáculo visual único.

No hay mejor manera de empezar tu visita que sentándote en el borde de este espejo urbano, quitándote los zapatos y refrescando tus pies mientras observas cómo los niños corretean entre la fina capa de agua. Al atardecer, el lugar cobra una magia especial cuando los últimos rayos de sol tiñen de dorado los edificios y su reflejo.

Calle Sainte-Catherine #

Adéntrate en la arteria comercial más larga de Europa. Con sus 1,2 kilómetros de longitud, la calle Sainte-Catherine es mucho más que un simple paraíso para las compras. Es un verdadero microcosmos de la vida bordelesa.

Mientras caminas por esta calle peatonal, déjate llevar por el bullicio de los cafés, el aroma de las panaderías y la música de los artistas callejeros. No te preocupes si no quieres gastar en las tiendas; el verdadero encanto está en observar a la gente, descubrir pequeños callejones laterales y dejarte sorprender por edificios históricos como la iglesia de Saint-Projet.

La energía de Sainte-Catherine cambia con las horas del día. Por la mañana, verás a los locales haciendo sus compras diarias; al mediodía, los trabajadores llenando las terrazas; y por la noche, una atmósfera más relajada con parejas paseando y amigos reuniéndose para cenar.

La Cité du Vin: Un viaje sensorial por el mundo del vino #

Aunque tiene un coste de entrada, La Cité du Vin merece una mención especial. Este museo interactivo dedicado a la cultura del vino es mucho más que una simple exposición. Es una experiencia inmersiva que te llevará a un viaje alrededor del mundo a través de la historia y la elaboración del vino.

El edificio en sí ya es una obra de arte. Su forma ondulante y su fachada de aluminio y vidrio evocan el movimiento del vino en una copa y el reflejo del Garona. Una vez dentro, prepárate para una aventura multisensorial. Desde pantallas interactivas hasta instalaciones artísticas, cada rincón te enseñará algo nuevo sobre este néctar milenario.

Mi consejo es que reserves al menos medio día para tu visita. Y no te vayas sin subir a la torre de observación en el octavo piso, donde podrás disfrutar de una copa de vino (incluida en el precio de la entrada) mientras contemplas una vista panorámica de Burdeos. Es la guinda perfecta para tu experiencia en La Cité du Vin.

Jardin Public #

Escápate del bullicio urbano en este remanso de paz en pleno corazón de Burdeos. El Jardin Public, diseñado en el siglo XVIII, es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza sin salir de la ciudad.

Con sus 10 hectáreas de extensión, este parque ofrece múltiples rincones para relajarse. Puedes tumbarte en el césped junto al estanque, observar a los cisnes y patos, o simplemente pasear por sus senderos bordeados de árboles centenarios. Si viajas con niños, no te pierdas el área de juegos y el pequeño carrusel vintage.

Una de las joyas escondidas del parque es el Jardín Botánico. Aunque pequeño, alberga una interesante colección de plantas y flores. Es un lugar ideal para los amantes de la botánica o para quien busque un rincón tranquilo para leer un libro.

La Basílica de San Miguel #

Alejada del circuito turístico más concurrido, la Basílica de San Miguel es una joya gótica que merece tu atención. Su imponente torre campanario, separada del cuerpo principal de la iglesia, es visible desde varios puntos de la ciudad y ha sido durante siglos un punto de referencia para los peregrinos del Camino de Santiago.

Al entrar, tomate tu tiempo para apreciar la luz que se filtra a través de las vidrieras, creando un ambiente casi místico. La acústica del lugar es impresionante, así que si tienes la suerte de coincidir con un concierto o una misa cantada, no dudes en quedarte a escuchar.

Los domingos por la mañana, los alrededores de la basílica se transforman con un pintoresco mercadillo de antigüedades. Es el momento perfecto para combinar tu visita cultural con un paseo entre puestos de curiosidades y objetos vintage.

Chartrons: el barrio del vino #

Sumérgete en la historia vinícola de Burdeos paseando por las calles adoquinadas de Chartrons. Este barrio, antaño hogar de los comerciantes de vino, ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Empieza tu recorrido en el Quai des Chartrons, donde aún puedes ver los antiguos almacenes de vino reconvertidos en elegantes apartamentos y tiendas. La calle Notre-Dame es el corazón del barrio, llena de pequeñas boutiques, galerías de arte y cafés con encanto.

No dejes de visitar el CAPC (Museo de Arte Contemporáneo) ubicado en un antiguo almacén de productos coloniales. Incluso si el arte contemporáneo no es lo tuyo, el edificio en sí mismo vale la pena. Y si quieres probar algunos vinos locales, hay numerosas enotecas donde podrás degustar y aprender sobre los famosos caldos de la región.

Pont de Pierre: Un puente con historia y vistas impresionantes #

El Pont de Pierre, o Puente de Piedra, es mucho más que una simple conexión entre las dos orillas del Garona. Construido por orden de Napoleón, este puente de 17 arcos (uno por cada letra del nombre Napoleon Bonaparte) es un símbolo de la ciudad y ofrece algunas de las mejores vistas de Burdeos.

Cruzarlo a pie es una experiencia en sí misma. A mitad de camino, detente y observa el reflejo de la ciudad en las aguas del Garona. Hacia un lado, verás la silueta de la Flecha de San Miguel y la Catedral de San Andrés. Hacia el otro, los muelles renovados y el moderno puente Chaban-Delmas.

El atardecer es, sin duda, el momento mágico para visitar el Pont de Pierre. La luz dorada bañando las fachadas de piedra caliza crea un espectáculo digno de una postal. Si eres aficionado a la fotografía, no te pierdas esta oportunidad.

La Gran Campana y la Puerta Cailhau #

Retrocede en el tiempo visitando estos dos monumentos medievales que han sobrevivido al paso de los siglos. La Gran Campana, con su característico reloj astronómico, era antiguamente una de las puertas de entrada a la ciudad. Hoy en día, puedes subir a lo alto de la torre para disfrutar de una vista panorámica de Burdeos.

A pocos pasos, encontrarás la Puerta Cailhau, un impresionante ejemplo de arquitectura gótica. Construida en el siglo XV para conmemorar la victoria del rey Carlos VIII en la batalla de Fornovo, esta puerta te transportará directamente a la época medieval de Burdeos.

Entre estos dos monumentos, tomate un momento para pasear por las estrechas calles del casco antiguo. Descubrirás tiendas de antigüedades, pequeños restaurantes y rincones llenos de encanto que te harán sentir como si hubieras viajado en el tiempo.

Mercado de Capucins #

Termina tu recorrido por Burdeos con una visita al bullicioso Mercado de Capucins, conocido cariñosamente por los locales como "el vientre de Burdeos". Este mercado cubierto es el lugar perfecto para sumergirte en la cultura gastronómica de la región.

Desde quesos artesanales y embutidos locales hasta ostras frescas del cercano Arcachón, aquí encontrarás todos los sabores de la región. No te pierdas los puestos de canelés, el dulce típico de Burdeos, y atrévete a probar algunas especialidades menos conocidas como el grenier médocain.

La mejor manera de experimentar el mercado es venir con hambre. Muchos puestos ofrecen la posibilidad de degustar sus productos in situ. Mi recomendación: busca un puesto de ostras, pide media docena con una copa de vino blanco local, y disfruta del ambiente mientras observas el ir y venir de los bordeleses haciendo su compra semanal.

Foto de perfir de Juanjo Marcos

Juanjo Marcos

Desarrollador y diseñador web actualmente afincado en Bilbao. Desde que tengo uso de razón viajar es una de mis grandes pasiones, junto a la tecnología, la fotografía y los largos paseos sin rumbo definido.

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