Puente de la Salve

El Puente de la Salve se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de Bilbao, una ciudad que ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Este impresionante puente no solo es una obra de ingeniería notable, sino que también es un testigo silencioso de la transformación de la villa en las últimas décadas.

Historia y arquitectura #

Inaugurado el 9 de enero de 1972, el Puente de la Salve fue diseñado por el ingeniero Juan Batanero García-Geraldo para solucionar los problemas de tráfico que empezaban a saturar el norte de la ciudad. En su momento, representó un hito en la ingeniería española, siendo el primer puente del país con sistema de tirantes y uno de los pocos con tablero metálico.

Con sus imponentes 23,5 metros de altura sobre la ría del Nervión, el puente permitía el paso de grandes barcos sin necesidad de interrumpir el tráfico rodado, a diferencia de los puentes levadizos existentes en aquel entonces. Su estructura de hormigón verde y sus gigantescas columnas, que recuerdan a la arquitectura brutalista, le otorgaban un aspecto intimidante que contrastaba con el paisaje urbano de la época.

El origen de su nombre #

Aunque oficialmente se llamó "Puente Príncipes de España" hasta 2016, los bilbaínos siempre lo han conocido como Puente de la Salve. Este nombre tiene su origen en una hermosa tradición: cuando los marineros regresaban a Bilbao y llegaban a la altura del puente, divisaban por primera vez la Basílica de Nuestra Señora de Begoña, momento en el que entonaban una salve a la Virgen en señal de agradecimiento por su regreso a salvo.

Integración con el Museo Guggenheim #

La verdadera transformación del Puente de la Salve llegó con la construcción del Museo Guggenheim Bilbao en 1997. El arquitecto Frank Gehry decidió integrar el puente en el diseño del museo, "abrazándolo" con una de las torres del edificio. Esta audaz decisión arquitectónica no solo cambió la percepción del puente, sino que lo convirtió en parte integral del paisaje cultural de la ciudad.

Para celebrar el décimo aniversario del Guggenheim en 2007, se añadió un elemento más a este conjunto arquitectónico: la obra "Arcos rojos" del artista francés Daniel Buren. Esta estructura, que se instala sobre los pilares del puente, consta de paneles rojos y bandas verticales en blanco y negro que se iluminan por la noche, creando un espectáculo visual que dialoga con el tráfico y el entorno.

Datos de interés #

• El puente cuenta con ascensores públicos desde 1988, que son gratuitos desde 2008 y funcionan las 24 horas del día, facilitando el acceso peatonal.
• Desde el puente se puede disfrutar de una de las mejores puestas de sol del mundo, según la revista Travel, con vistas al Monte Serantes, el Guggenheim, la Ría, la Torre Iberdrola y la Universidad de Deusto.
• En la base del puente, en la parte del Ayuntamiento, se pueden admirar magníficos murales como "Giltza bat" de Verónica y Christina Werckmeister, y "Euskadi Rosa" de Hervé di Rosa.
• Durante varios años, el puente fue escenario de la competición de saltos Red Bull Cliff Diving, ofreciendo imágenes espectaculares de la ciudad.

El Puente de la Salve es mucho más que una simple infraestructura vial. Es un símbolo de la evolución de Bilbao, un punto de encuentro entre la tradición y la modernidad, y un ejemplo perfecto de cómo la arquitectura y el arte pueden transformar el paisaje urbano. Si visitas Bilbao, no dejes de contemplar esta obra maestra de la ingeniería y el diseño, que se ha convertido en un icono indiscutible de la ciudad. s