Pikotamendi

Enclavado en las laderas de Artxanda, Pikotamendi se alza como un tesoro escondido para los amantes de las vistas panorámicas y el senderismo urbano. Este modesto alto, también conocido como Zarandoa, ofrece una experiencia única que combina naturaleza, historia y unas vistas breathtaking de la villa de Bilbao.

Un paseo por la historia #

Pikotamendi, con sus 232 metros de altitud, forma parte de la cordillera de Artxanda, esa barrera natural que ha definido el crecimiento de Bilbao a lo largo de los siglos. Aunque su nombre actual no resuena en los libros de historia, la zona ha sido testigo silencioso del desarrollo de la ciudad.

El camino hacia Pikotamendi nos lleva por la Vía Vieja de Lezama, un vestigio de la era ferroviaria de Bilbao. Esta ruta, inaugurada en 1894, conectaba originalmente el barrio de Begoña con la localidad de Lezama. Sin embargo, su vida como línea de ferrocarril fue efímera; un trágico accidente en 1895 llevó a su cierre prematuro, transformándola en el sendero que hoy conocemos.

Arquitectura natural y humana #

La ascensión a Pikotamendi es un viaje a través de diferentes capas de la historia bilbaína. El recorrido comienza en el pintoresco barrio de Ciudad Jardín, un remanso de paz con sus casonas de época y jardines que parecen congelados en el tiempo. Este barrio, con sus muros de piedra y escaleras vertiginosas, ofrece un contraste fascinante con las modernas vías de comunicación que lo rodean.

A medida que se asciende por el Camino del Molino de Viento (Aixerrotabidea), la urbe va quedando atrás, dando paso a un paisaje más agreste. La ruta está salpicada de áreas recreativas cuidadosamente diseñadas, con bancos y fuentes que invitan al descanso y la contemplación.

En la cima, una modesta área de descanso corona el esfuerzo del caminante. Aunque no hay grandes monumentos ni construcciones imponentes, la verdadera arquitectura aquí es la que ha esculpido la naturaleza: un mirador natural que ofrece una de las mejores panorámicas de Bilbao y sus montes circundantes.

Un oasis urbano #

Lo que hace especial a Pikotamendi es su accesibilidad combinada con su relativo desconocimiento. A pesar de estar a un tiro de piedra del bullicioso centro de Bilbao, el alto ofrece una experiencia casi selvática. Los senderos que serpentean por la ladera, algunos tan estrechos que apenas se distinguen entre la vegetación, proporcionan una sensación de aventura poco común en un entorno tan urbano.

La ruta principal es bastante suave, pero para los más aventureros, existen variantes que añaden emoción al ascenso, como el estrecho sendero que parte desde el área recreativa y sube directamente a la cima entre jóvenes árboles.

Datos de interés #

La forma más sencilla de llegar es tomado el autobús A1 desde Plaza Circular hasta la última parada, al final de la Vía Vieja de Lezama. Desde ahí el camino al mirador se prácticamente llano y se tarda menos de 10 minutos.

Pikotamendi es más que un simple mirador; es una experiencia que conecta al visitante con la historia, la naturaleza y el alma de Bilbao. Ya sea para los locales en busca de una escapada rápida de la ciudad o para los turistas que desean una perspectiva única, este "alto escondido" promete una aventura memorable a las puertas de la gran urbe.