Las 'focas' de Zurbaran

Bilbao esconde en sus calles pequeños tesoros que sorprenden al visitante. Uno de ellos, quizás el más controvertido y a la vez querido, se encuentra en el barrio de Zurbaran: el famoso mural de las 'focas'. Como bilbaíno de toda la vida, este mural ha sido una constante en mi vida, un símbolo que ha pasado de ser un simple dibujo en la pared a convertirse en parte de mi historia personal.

Una obra con historia #

El mural de las 'focas' de Zurbaran no es una simple pintada callejera. Su historia se remonta a hace más de tres décadas, cuando el barrio vivía momentos difíciles debido al problema de la drogadicción entre los jóvenes. En este contexto, nació una campaña con el lema "Enfoka zure bizitza" ("Enfoca tu vida"), que buscaba concienciar a la juventud y animarla a centrarse en los estudios y el euskera.

El juego de palabras entre "enfoka" (enfoca) y "foca" dio vida a este peculiar mural que, con el paso del tiempo, se ha convertido en todo un símbolo para el barrio. La imagen muestra dos morsas (aunque popularmente se las conoce como focas) en una posición que ha generado tanto polémica como cariño entre los vecinos.

Recuerdos de infancia #

Como niño creciendo en el barrio, recuerdo haber pasado innumerables veces frente a este mural. En aquellos tiempos, mi mente infantil nunca vio nada inapropiado en las focas. Para mí, simplemente estaban jugando, al igual que nosotros lo hacíamos en el patio del colegio con juegos como el "txorro morro piko tallo ke", donde unos niños saltaban sobre otros. La inocencia de la infancia transformaba esa imagen en algo divertido y totalmente inofensivo.

Lo que para algunos es una representación inapropiada, para otros, como yo, es un símbolo de identidad y un punto de encuentro. "Quedamos donde las focas" es una frase que he usado y escuchado innumerables veces. El mural ha trascendido su función original para convertirse en un auténtico icono del barrio, apareciendo en camisetas de fiestas y siendo utilizado como logo en diversos eventos locales.

El día que las focas casi desaparecen #

En junio de 2019, el mural vivió uno de sus momentos más críticos. Un operario de la empresa municipal Bilbao Garbi recibió la orden, vía WhatsApp, de eliminar un grafiti en el muro del colegio. Sin más explicaciones, el trabajador interpretó que debía borrar toda pintura que viera, incluyendo nuestras queridas focas.

El resultado fue una pequeña tragedia para el barrio. Padres escandalizados y niños llorando se acercaron al mural al ver cómo desaparecía bajo una capa de pintura blanca. La directora del centro, Itziar Santamaría, actuó rápidamente contactando con los responsables municipales.

Afortunadamente, el Ayuntamiento reconoció el error y envió a varios operarios que trabajaron hasta las nueve de la noche para intentar recuperar el mural. Aunque lograron eliminar la capa de pintura blanca, el mural quedó descascarillado, lo que generó aún más indignación en el vecindario.

Este incidente demostró cuán arraigado está el mural en el corazón de los vecinos de Zurbaran. La rápida movilización y la respuesta emocional de la comunidad son un testimonio del significado que tiene esta obra para todos nosotros.

Controversia y cariño #

Como toda obra de arte pública, el mural de las focas no está exento de polémica. Mientras algunos lo consideran inapropiado para estar en el exterior de una escuela, otros, entre los que me incluyo, lo defendemos como una representación inocente y divertida.

Personalmente, creo que el debate sobre si es o no apropiado dice más sobre la mirada del adulto que sobre el propio mural. Como adulto, puedo entender que algunos vean una representación sexual, pero mi experiencia infantil me recuerda que los niños no necesariamente perciben la imagen de esa manera.

Un emblema único #

Ya sea por su historia, su significado o simplemente por costumbre, las 'focas' de Zurbaran se han ganado un lugar especial en mi corazón y en el de muchos bilbaínos. Este mural es mucho más que una simple pintura en la pared: es un testigo de la historia del barrio, un símbolo de identidad y un ejemplo de cómo el arte urbano puede convertirse en parte integral de la vida de una comunidad.

Para el viajero curioso, el mural de las focas de Zurbaran ofrece una oportunidad única de sumergirse en la cultura local de Bilbao. Más allá de los grandes monumentos y atracciones turísticas, esta peculiar obra de arte callejero nos recuerda que a veces, los verdaderos tesoros de una ciudad se esconden en sus rincones más insospechados y en los recuerdos de quienes crecimos con ellos.

Estoy totalmente a favor de mantener este mural. Representa no solo una parte de la historia de nuestro barrio, sino también un trozo de mi propia infancia. Y si algún día genera preguntas en los niños, ¿qué mejor oportunidad para que los padres tengan conversaciones honestas y educativas con sus hijos?