La Grúa Carola

En la ribera de la ría de Bilbao, junto al moderno Palacio Euskalduna, se alza majestuosa la Grúa Carola, un monumento al pasado industrial de la ciudad y un símbolo de su transformación. Esta imponente estructura de acero, pintada de un vibrante color rojo, no es solo un vestigio de la era de los astilleros, sino también un hito urbano que cuenta una historia fascinante.

Una maravilla de la ingeniería #

La Grúa Carola es una obra maestra de la ingeniería de mediados del siglo XX. Construida en 1957 en los Talleres de Erandio, esta grúa cigüeña de 60 metros de altura y 224 toneladas de peso fue en su momento la más potente fabricada en España. Su diseño es una muestra del ingenio de la época:

• El pórtico, la parte baja de la grúa, consta de dos arcos: uno inferior rectangular y otro superior que alberga el mástil.
• El castillo aloja la cabina de mandos, la cajeta de máquinas y el contrapeso fijo.
• El sistema basculante incluye el brazo, el tirante y el contrapeso móvil.

Esta configuración le permitía levantar hasta 30 toneladas a una distancia de 25 metros, o 12 toneladas con una abertura máxima de 38 metros. Una verdadera hazaña de la ingeniería para su tiempo.

Una historia de transformación #

La Grúa Carola nació en una época de cambio para la industria naval. En los años 50, el Astillero Euskalduna adoptó nuevas técnicas de construcción, pasando de los remaches a la soldadura. Este cambio requería una grúa capaz de manejar piezas mucho más pesadas, y así nació Carola.

Durante casi tres décadas, Carola fue testigo del auge y caída de la industria naval en Bilbao. Operó hasta el cierre de los Astilleros Euskalduna en 1984, marcando el fin de una era. Sin embargo, su historia no terminó allí. En 1990, el Ayuntamiento de Bilbao la adquirió y la cedió a la Diputación Foral de Bizkaia, asegurando su permanencia en la zona de Abando-Ibarra como un recordatorio tangible del pasado industrial de la ciudad.

La leyenda de Carola #

Pero, ¿de dónde viene el nombre de Carola? Aquí es donde la historia se mezcla con la leyenda. Se dice que desde lo alto de la grúa, a 60 metros de altura, los trabajadores veían pasar cada tarde a una hermosa joven llamada Carola, que cruzaba la ría en una barca llamada Misericordia. La belleza de la muchacha era tal que, según cuentan, la factoría entera se paralizaba a su paso. En su honor, los trabajadores bautizaron a la grúa con su nombre.

Un símbolo de la nueva Bilbao #

Hoy, la Grúa Carola se yergue orgullosa frente al Museo Marítimo de Bilbao, su silueta contrastando con el moderno Palacio Euskalduna. Es la única superviviente de las muchas grúas que en otros tiempos poblaron los muelles de Bilbao, un puente entre el pasado industrial y el presente cultural de la ciudad.

Su presencia nos recuerda la capacidad de Bilbao para reinventarse, para transformar su paisaje urbano sin olvidar sus raíces. La Grúa Carola no es solo un monumento al ingenio industrial, sino también un símbolo de la resiliencia y la adaptabilidad de la ciudad y sus habitantes.

Visitar la Grúa Carola es sumergirse en la historia viva de Bilbao. Desde su base, uno puede imaginar el bullicio de los astilleros en plena actividad, el sonido de las sirenas y el ir y venir de los trabajadores. Es un recordatorio tangible de cómo el trabajo duro y la innovación forjaron el carácter de esta ciudad.

La próxima vez que pasees por la ribera de la ría, detente un momento frente a la Grúa Carola. Contempla su estructura de acero, imagina su brazo en movimiento levantando enormes piezas de barcos, y piensa en la joven Carola cruzando la ría. En ese momento, sentirás que has conectado con el corazón industrial de Bilbao y con la esencia misma de su historia.