Estación de La Concordia

La Estación de La Concordia se erige como uno de los edificios más emblemáticos y queridos de Bilbao. Ubicada estratégicamente junto al puente del Arenal, frente al majestuoso Teatro Arriaga y en paralelo a la ría que define la ciudad, esta centenaria estación modernista no es solo un nodo de transporte, sino un auténtico monumento que cuenta la historia de la transformación de Bilbao.

Una historia forjada en hierro y concordia #

Inaugurada en 1902, la Estación de La Concordia tiene sus raíces en la época dorada del desarrollo ferroviario de Bilbao. Sin embargo, la historia detrás de su nombre se remonta a mediados del siglo XIX, concretamente a 1857, cuando se creó la compañía del Ferrocarril Tudela-Bilbao. Esta empresa atrajo la inversión de numerosas familias bilbaínas, convirtiéndose en una de las principales inversiones de la época en la ciudad.

Cuando la compañía suspendió pagos años después, el hecho causó una gran conmoción en Bilbao. Para resolver la situación, se celebró una reunión crucial en unos almacenes de la compañía ferroviaria junto a la futura estación. El acuerdo alcanzado en dicha reunión fue tan significativo que, en memoria del acontecimiento, los terrenos adjuntos pasaron a denominarse popularmente como "la concordia". Este nombre acabaría adoptándose para la estación que se construiría años después en el mismo lugar.

Una joya arquitectónica de la Belle Époque #

El proyecto de la estación fue fruto de la colaboración entre el ingeniero Valentín Gorbeña Ayarragaray y el arquitecto Severino Achúcarro. Gorbeña, famoso por su participación en la creación del funicular de las cataratas del Niágara, se encargó de los aspectos de ingeniería y la disposición ferroviaria. Por su parte, Achúcarro, responsable también de edificios tan emblemáticos como la actual biblioteca de Bidebarrieta en las Siete Calles bilbaínas o el Casino de Bermeo, diseñó la solución arquitectónica que daría forma al edificio definitivo.

La fachada, obra maestra de Achúcarro, es un magnífico ejemplo del estilo modernista y del Art Nouveau que imperaba en la época. Entre sus elementos más destacados se encuentran:

• Un imponente rosetón central que domina la fachada
• Un elegante tímpano semicircular que corona la entrada principal
• Detalles exquisitos en hierro pintado y vidrio cromado que aportan una delicadeza única al conjunto
• Un reloj que evoca las grandes estaciones europeas como las de Berlín o Londres
• La leyenda "FC de Santander a Bilbao" que corona la entrada, recordando el origen y propósito de la estación

La estructura del edificio sigue una disposición longitudinal que oculta las vías en su apertura hacia la ría. El inmueble consta de dos alturas con articulaciones diferenciadas. En la planta baja se ubicó el ingreso y las dependencias propias del servicio de atención a los viajeros, mientras que en la planta superior, accesible mediante una escalinata lateral, se situaron las vías.

El interior de la estación contrasta con el exterior más representativo, pero no por ello es menos impresionante. El vestíbulo y los andenes están sostenidos por un "bosque" de columnas y vigas de hierro, con capiteles y arquerías de fundición que invitan a elevar la mirada y descubrir cada detalle. Algunos elementos decorativos, como los caduceos en referencia a Hermes, dios del comercio, añaden un toque de elegancia y simbolismo al conjunto.

Evolución y adaptación a los nuevos tiempos #

A lo largo de sus más de 120 años de historia, la Estación de La Concordia ha sido objeto de diversas remodelaciones para adaptarse a las cambiantes necesidades de los viajeros y a las nuevas normativas de movilidad. Algunas de las reformas más significativas incluyen:

1. En 1939, se sustituyeron las marquesinas originales por una cubierta curvada, motivada por la electrificación de las líneas y los problemas que ocasionaban las lluvias.
2. En 1971 y 1977 se realizaron reformas que, desafortunadamente, desvirtuaron parte del interior y llevaron a la pérdida del mural modernista de Daniel Zuloaga, situado en la unión entre las escaleras y el hall.
3. En 1992 se iniciaron las obras de recuperación de la estación, siguiendo un plan de restauración integral del edificio.
4. La reforma más reciente y significativa se llevó a cabo en 2007. Esta renovación tuvo como objetivo mejorar la permeabilidad urbana de la estación, creando un nuevo acceso y adaptando las instalaciones a las normativas actuales sobre movilidad. También se restauró la fachada principal y se mejoró el acceso a la cercana estación de Abando Indalecio Prieto.

Estas reformas han permitido que la estación mantenga su funcionalidad sin perder su encanto histórico y arquitectónico.

Un nodo ferroviario crucial #

Actualmente, la Estación de La Concordia sigue en pleno funcionamiento como parte de la red de Adif Ancho Métrico (antigua FEVE). Ofrece servicios de cercanías y media distancia que conectan Bilbao con diversas localidades del norte peninsular. Entre sus líneas más destacadas se encuentran:

• La línea C-4 de Cercanías Bilbao, que une Bilbao con La Calzada
• Los servicios regionales R-3f (Bilbao-Santander) y R-4f (Bilbao-León)
• Punto de partida de trenes turísticos como el Transcantábrico y el Tren de La Robla, que permiten a los viajeros disfrutar de recorridos únicos por la cornisa cantábrica

La estación forma parte de un importante nudo de comunicaciones, siendo contigua a la estación de Abando Indalecio Prieto y formando parte de su sistema intercambiador de transportes desde hace décadas.

Un espacio multifuncional con vistas privilegiadas #

Más allá de su función como estación de ferrocarril, La Concordia se ha convertido en un espacio versátil que acoge exposiciones, actos sociales y eventos culturales. Su ubicación privilegiada ofrece unas vistas espectaculares sobre la ría de Bilbao, el Teatro Arriaga y el Casco Viejo, convirtiéndola en un mirador excepcional de la ciudad.

Desde la estación, los visitantes pueden disfrutar de una panorámica única que abarca:

• La ría del Nervión, arteria vital de la ciudad
• El imponente Teatro Arriaga, otro icono arquitectónico de Bilbao
• El Arenal bilbaíno, una de las zonas verdes más emblemáticas de la ciudad
• Las Siete Calles del Casco Viejo, el corazón histórico de Bilbao

Estas vistas hacen de la estación un lugar perfecto para los amantes de la fotografía, ofreciendo oportunidades únicas para capturar la esencia de Bilbao en una imagen, ya sea en un día soleado o bajo la característica lluvia que le confiere un aura de misterio a la ciudad.

Un futuro prometedor #

Aunque la Estación de La Concordia sigue siendo un nodo de transporte crucial, su futuro podría deparar cambios interesantes. Con la llegada prevista del AVE a Bilbao, se proyecta que el edificio histórico podría albergar nuevos usos, como restaurantes o espacios culturales, manteniendo siempre su encanto y valor patrimonial.

Una visita imprescindible #

Para los amantes de la arquitectura, la historia, el arte o simplemente para aquellos que buscan descubrir el alma de Bilbao, la Estación de La Concordia es una parada obligatoria. Su fachada modernista, sus detalles arquitectónicos y las vistas que ofrece la convierten en un lugar ideal para:

• Capturar fotografías únicas de la ciudad
• Admirar la arquitectura de la Belle Époque
• Comprender la importancia del ferrocarril en el desarrollo de Bilbao
• Disfrutar de un paseo por uno de los entornos más emblemáticos de la ciudad

Ya sea que llegues a Bilbao en tren, utilices la estación para tus desplazamientos o simplemente estés paseando por el centro, no dejes de visitar este icono arquitectónico. La Estación de La Concordia es mucho más que un simple punto de partida o llegada para viajeros. Es un testigo de la historia de Bilbao, un ejemplo sobresaliente de la arquitectura de principios del siglo XX y un espacio vivo que sigue desempeñando un papel fundamental en la vida cultural y social de la ciudad.

En definitiva, la Estación de La Concordia encarna la esencia misma de Bilbao: una ciudad que ha sabido reinventarse sin perder sus raíces, una metrópoli que mira al futuro sin olvidar su pasado. Visitar esta estación es, en cierto modo, viajar en el tiempo y experimentar de primera mano el espíritu emprendedor y la riqueza cultural que han hecho de Bilbao una de las ciudades más fascinantes de España.