El Paseo de los Caños

Como bilbaíno de nacimiento, siempre me ha fascinado cómo nuestra ciudad esconde pequeños tesoros históricos en medio del paisaje urbano. Uno de estos lugares, a menudo pasado por alto por los turistas e incluso por muchos locales, es el Paseo de los Caños.

Ubicación y características #

El Paseo de los Caños es un recorrido que conecta el barrio de Atxuri con el de La Peña, siguiendo la orilla derecha de la ría. Es un camino sencillo y prácticamente llano, ideal para un paseo tranquilo o para hacer ejercicio sin grandes esfuerzos.

Historia y función original #

Lo que hoy es un agradable paseo tiene un pasado fascinante que se remonta a los orígenes mismos de Bilbao. Tras la fundación de la villa en 1300 y la construcción de las murallas, Bilbao dejó de ser autosuficiente y el concejo municipal tuvo que asegurar el suministro de agua.

Hace más de 400 años, se construyó un sistema de caños acueductos que partían de los manantiales cercanos. Pasando por el Pontón, estos conductos quedaban ocultos bajo losas de arenisca, llevando agua hasta el albergue de Ibeni, situado en la calle Ronda.

Este sistema de abastecimiento fue crucial para el desarrollo de Bilbao. Las aguas se dividían en dos tipos: las provenientes de los manantiales (potables) se usaban para consumo, mientras que las del río y la ría (no potables) se destinaban al aseo y limpieza.

Evolución del paseo #

Con el tiempo, esta vía enlosada comenzó a utilizarse como lugar de recreo, dando origen al Paseo de los Caños. En 1759, se colocaron tuberías de plomo diseñadas por el ingeniero prusiano Maximiliano Stam, lo que supuso una innovación revolucionaria para la época.

Sin embargo, las frecuentes inundaciones y avenidas de agua dañaban constantemente las obras del Concejo. Por ello, en 1785 se decidió acometer obras definitivas y sólidas desde el Pontón hasta la Alberca, situada en la esquina de Zabalbide y Ronda.

Curiosidades históricas #

La importancia de este sistema de abastecimiento era tal que llegaron a imponerse normas curiosas para protegerlo. Por ejemplo, se prohibió a las monjas de la Encarnación plantar parrales de vino o frutales, ya que sus raíces podían dañar las cañerías.

El paseo en la actualidad #

Hoy en día, el Paseo de los Caños ha cambiado considerablemente. Ya no existe la isla de San Cristóbal, que durante siglos albergó diversas actividades como la pesca de angulas o la captación de aguas de la ría. Los jardines, puertas y verjas que lo adornaban también han desaparecido.

Tras las inundaciones de 1983, el cauce de la ría fue alterado, acercando el paseo en su último tramo hasta la propia ribera. A pesar de estos cambios, el paseo sigue siendo un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza en pleno corazón de Bilbao.

Un punto geográfico crucial #

Un dato interesante que muchos desconocen es que el final del Paseo de los Caños marca un punto geográfico importante. Es aquí donde el río Nervión/Ibaizábal se transforma en ría. Hasta este punto, el agua es dulce, pero a partir de aquí, en el resto de la ría de Bilbao, el agua dulce se mezcla con el agua salada del mar y se nota el efecto de las mareas.

Mitos y leyendas #

El Paseo de los Caños no solo es rico en historia, sino también en leyendas que han pasado de generación en generación entre los bilbaínos. Estas historias añaden un toque de misterio y encanto al recorrido:

1. Las huellas del ángel y el demonio: A la entrada del paseo, según cuentan, existían dos marcas en forma de huella: una grande y tosca, y otra pequeña y delicada. Se les llamaba "el pie del diablo" y "el pie del ángel". La leyenda dice que estas huellas fueron dejadas por un ángel y un demonio que saltaron desde la orilla opuesta, compitiendo por el alma de un mortal.
2. La batalla del rey moro: Otra leyenda habla de unas manchas oscuras en el suelo que, según la imaginación popular, eran la sangre de un rey moro que murió allí en una terrible batalla. Aunque los escépticos argumentaban que no eran más que manchas de brea, la historia persistió en el imaginario local durante mucho tiempo.
3. Los jardines misteriosos: Se dice que en el pasado, el Paseo de los Caños estaba flanqueado por jardines tan frondosos que en verano ni siquiera los atravesaba el sol. Estos jardines, ahora desaparecidos, se describían como lugares misteriosos y casi mágicos.
4. El guardián del paseo: Existe la historia de que, en tiempos pasados, había un guarda encargado específicamente de vigilar y mantener el orden en el paseo. Este personaje adquirió un aura casi mítica entre los habitantes de la zona.
5. Las aguas curativas: Algunas personas mayores aún recuerdan historias de sus abuelos sobre las supuestas propiedades curativas de las aguas que fluían por los caños. Aunque probablemente sean exageraciones, estas historias reflejan la importancia que el agua tenía para la ciudad.

Valor cultural #

Aunque hoy en día pueda parecer un paseo moderno, el Paseo de los Caños está cargado de historia y leyendas. Miguel de Unamuno solía frecuentar este lugar, inspirándose quizás en su atmósfera única para algunas de sus reflexiones.

Conclusión #

El Paseo de los Caños es mucho más que un simple camino junto a la ría. Es un testimonio vivo de la historia de Bilbao, un recordatorio de cómo la ciudad ha evolucionado y se ha adaptado a lo largo de los siglos. Para los bilbaínos, representa una conexión tangible con nuestro pasado, y para los visitantes, ofrece una oportunidad única de experimentar la historia, la naturaleza y el folclore en el corazón de nuestra ciudad.

La próxima vez que pasees por allí, recuerda que estás caminando sobre siglos de historia, por un camino que fue vital para el desarrollo de Bilbao. Es un ejemplo perfecto de cómo nuestra ciudad conserva su rico patrimonio histórico, incluso en los lugares más insospechados. Quién sabe, tal vez hasta puedas sentir bajo tus pies las huellas del ángel y el demonio, o imaginar las batallas legendarias que, según cuentan, tuvieron lugar en este rincón de Bilbao.